El debate en el marco del VI Congreso del Partido Comunista de Cuba (PCC) comenzó con el respaldo indiscutido al informe que el segundo secretario del espacio político y actual presidente del país, Raúl Castro, pronunció el sábado, a modo de apertura del encuentro. El cuerpo de delegados consideró el documento como una “plataforma de cambio del socialismo cubano”. “Se trata de un material excepcional, de consulta permanente no sólo para la militancia, sino de todo el pueblo, porque constituye el punto de partida del cambio del modelo económico y social cubano”, apuntaron en consenso los delegados. Ayer comenzaron a debatir esas modificaciones cuyo horizonte perfila un gobierno rejuvenecido con límite de mandato, siempre de partido único, y una gradual reforma económica sin capitalismo. El objetivo es que el plenario apruebe mañana las nuevas resoluciones económicas, sociales y políticas, además de elegir a las nuevas autoridades del partido.

Los cerca de mil delegados comunistas se dividieron en cinco comisiones para discutir el proyecto de Lineamientos de la Política Económica y Social del Partido y la Revolución, un documento integrado por 311 propuestas de reforma entre las que se destacan una leve apertura hacia el desarrollo de microemprendimientos privados, la continuidad del plan de recorte laboral en el sector de la burocracia estatal, la eliminación de subsidios considerados ineficaces y la descentralización de la agricultura.

En las comisiones 1 y 2 se discutieron –y se hará lo mismo hasta mañana– las propuestas concernientes a la gestión económica interna. Aunque con algunos cambios, todas ratifican su planificación socialista. La tercera comisión está dedicada a las políticas sociales del partido y el gobierno cubano, mientras que la cuarta y quinta serán escenario de debates sobre la producción y el sector de servicios públicos.

Al respecto se refirió Raúl Castro en el discurso que ofreció el sábado en la inauguración de la sexta edición del plenario, que se hace trece años después del anterior. Castro proclamó la necesidad de reflexionar sobre la práctica política desarrollada en el país durante los últimos 50 años, y luego aplicar las modificaciones pertinentes. En ese sentido, propuso la limitación de los mandatos políticos a un máximo de dos períodos de cinco años cada uno.

“Se hace imprescindible cambiar la mentalidad, dejar de lado el formalismo y la fanfarria en las ideas y las acciones, o lo que es lo mismo, desterrar el inmovilismo fundamentado en dogmas y consignas vacías”, apuntó, y mencionó la falta de nuevos cuadros como uno de los inconvenientes principales: “Hoy afrontamos las consecuencias de no contar con una reserva de sustitutos debidamente preparados, con suficiente experiencia y madurez”. Por último, concluyó: “Lo que aprobemos en este Congreso no puede sufrir la misma suerte que los acuerdos de los anteriores, casi todos olvidados sin haberse cumplido”.

Antes de iniciar los trabajos en comisiones en el plenario, el cuerpo de delegados se pronunció acerca del informe del menor de los Castro. “Estas palabras deben constituir una reflexión profunda para el cambio de mentalidad, fundamentalmente en los cuadros, si los cuadros no logramos un cambio de mentalidad, no lo vamos a lograr en la población”, señaló la delegada Raquel Zalavarría.

Respecto de la actividad económica, el presidente ratificó su propósito de correr al partido comunista de la posición central en las operaciones empresariales y reclamó eliminar el requisito de ser militante del PCC para ejercer un cargo público, explicó el diario mexicano La Jornada.

El documento que las comisiones de delegados comenzaron a discutir es el resultado de debates masivos que se llevaron a cabo entre diciembre de 2010 y febrero pasado en los barrios y centros laborales y estudiantiles. En total se realizaron 163 mil asambleas, de las que participaron casi 9 millones de cubanos.

Según explicó Castro en su discurso de apertura, la discusión en aquellos foros multitudinarios se centró en las reformas relacionadas con la política social, la vivienda, el transporte, la gestión económica y, con especial énfasis y preocupación por parte de la población, en la libreta de abastecimiento familiar.

En ese sentido, el presidente confirmó que ese mecanismo de asistencia social será eliminado, aunque su resorte no será repentino y dependerá de decisiones que eleven la producción y los salarios, apuntó el periódico.

Además de definir las reformas, el congreso elegirá una nueva cúpula del PCC, hasta ahora encabezada por Fidel, de 84 años, como primer secretario, y por Raúl, como segundo, desde que en 1965 se creó el partido. Si bien presentó su renuncia cuando empeoró su estado de salud, Fidel Castro dejaría oficialmente la máxima jefatura del PCC.