Jueves, 23 de junio de 2011 | Hoy
EL MUNDO › EL PREMIER DE GRECIA CABILDEA LEGISLADORES OFICIALISTAS MIENTRAS LA UE IMPONE CONDICIONES
El FMI y los bancos acreedores esperan un fuerte plan de ajuste por 28 mil millones de euros y la puesta en marcha de un programa de privatizaciones antes de fin de mes. El fantasma de la cesación de pagos acecha y los votos escasean.
El gobierno griego iniciaba ayer febriles gestiones para cumplir con el plazo de dos semanas impuesto por los organismos internacionales para aprobar un ajuste que habilite el rescate financiero. El primer ministro Giorgos Papandreu tiene que jugar una carta fuerte si pretende evitar que Grecia caiga en default y conseguir el tan ansiado rescate de 12 mil millones de euros para hacer frente a los vencimientos de la deuda.
La limosna es grande porque, a cambio, el Fondo Monetario Internacional y los bancos acreedores esperan un fuerte plan de ajuste por 28 mil millones de euros y la puesta en marcha de un programa de privatizaciones antes de fin de mes. El fantasma de la cesación de pagos acecha al gobierno socialista y partido oficialista Pasok, luego del ultimátum enviado días atrás por una UE que espera que las promesas de Grecia se transformen en hechos, que deberá esforzarse y trabajar mucho para superar el disenso interno y cerrar filas de cara a la votación de un nuevo ajuste el martes en el Parlamento.
Los mandatarios de la UE comenzarán hoy una cumbre de dos días en Bruselas con el foco puesto sobre el país heleno. Es de esperar que las presiones sobre Grecia se renueven durante el cónclave europeo. El premier griego se reunió ayer con legisladores de su partido en busca de respaldo para el nuevo recorte, que sería aprobado el martes en el Parlamento.
Papandreu tuvo su bocanada de aire fresco en la medianoche del martes, al lograr que el Parlamento ratificara el nuevo gabinete conformado la semana pasada, y resistido de la misma manera por sindicatos y un movimiento de indignados que crece día a día. En ese contexto, los presidentes europeos sesionarán a partir de hoy con el objetivo de que Grecia haga los deberes e implemente de inmediato un duro plan de ajuste a cambio de una asistencia económica que evite un shock financiero en la Zona Euro. En el encuentro de Bruselas entre los jefes de Estado de los 27 países miembros de la UE comenzará a las 19 (a las 15 de Argentina) y llega días después de que el FMI y Estados Unidos “invitaran” al bloque a actuar con decisión y unidad ante la crisis de deuda en Grecia.
La canciller alemana, Angela Merkel, advirtió que implementar un recorte de la deuda griega y reducir el monto que debe ser devuelto no sólo pondrá en peligro a bancos y otros tenedores de bonos de Grecia, sino también a aquellas instituciones que vendieron seguros contra el default.
Ante una comisión parlamentaria de su país, la jefa de gobierno señaló que esos seguros tienen mayor valor nominal que toda la deuda de Grecia. “Nadie en el mundo sabe exactamente quién tiene esos papeles, quién tendrá que pagar ni cuánto”, advirtió Merkel. Los bancos alemanes no son ajenos a la situación económica de Grecia: tienen el 80 por ciento de los bonos de deuda pública puestos en ese país. Eso ubicaría a Alemania como la principal perjudicada en caso de que el país mediterráneo no cumpla con sus acreedores.
Un préstamo de 110.000 millones de euros otorgado el año pasado por el FMI y la UE mantiene a flote a Grecia. La moneda de cambio no fue ni más ni menos que un duro ajuste fiscal que desa-tó una ola de protestas populares y medidas de fuerzas sindicales contra el gobierno de Papandreu. Sin embargo, la Comisión Europea le advirtió a Grecia el domingo que la siguiente cuota del préstamo, por un total de 12 mil millones de euros, sólo se entregará si se aprueba antes de fin de mes un segundo paquete de medidas de austeridad que prevé más recortes salariales y aumentos de impuestos. Esa comisión adelantó que los ministros de Finanzas del bloque se reunirán después del 3 de julio de manera extraordinaria. Y dependiendo de las medidas adoptadas por Grecia, decidirán si giran los 12 mil millones de euros y si comienzan a elaborar un nuevo “rescate” financiero para el país mediterráneo.
Por su parte, el jefe de la diplomacia italiana, Franco Frattini, instó a no demorar el envío de ayuda a Grecia y estimó que cualquier retraso pondría en peligro a la UE. “No intervenir en favor de Grecia puede entrañar riesgos para toda Europa. Ningún país quedará excluido de verse expuesto a una crisis de credibilidad”, disparó Frattini. La semana pasada Italia fue amenazada con una rebaja en su calificación de la agencia Moody’s.
También se esperan palabras conciliadoras como las pronunciadas por el presidente de la Comisión Europea, José Durao Barroso, quien dijo que no todo serán exigencias para la sociedad griega. Bruselas y la UE se dieron cuenta de que deben escuchar a la población helena que “muestra su hartazgo en las calles”, según aseguró el comisario de Asuntos Económicos, Olli Rehn. Una posibilidad es que le ofrezcan a Grecia más facilidades para acceder a los 1000 millones de euros de fondos estructurales europeos que le corresponden de aquí a 2013 para “mostrarles a los griegos que hay esperanza” y “soluciones al final del camino”.
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