Sábado, 2 de julio de 2011 | Hoy
EL MUNDO › OTRO VIERNES DE PROTESTAS PIDIENDO LA REFORMA POLíTICA Y EL FIN DEL GOBIERNO DE BASHIR AL ASSAD
La oposición dice que fueron las mayores marchas hasta ahora y que fueron atacados duramente por policías y comandos civiles. Hubo al menos once muertos y muchos heridos en un día de violencia cerca de las fronteras.
Siria vivió ayer su mayor jornada de protestas desde el inicio de la guerra civil en el país, con más de medio millón de personas en la calle.
El régimen de Bashir al Assad respondió con mano de hierro y se cobró la vida de once civiles. El presidente del observatorio sirio de derechos humanos, Rami Abdel Rahman, aseguró que más de 500.000 personas marcharon en Hama, al norte de Damasco. Desde Lituania, la secretaria de Estado norteamericana, Hillary Clinton, denunció el doble discurso del dictador sirio Bashir al Assad, y vaticinó su pronta caída. Un alto funcionario instó a Occidente a que no evalúe una invasión como en Libia.
Desde el inicio de las protestas contra el régimen, el 15 de marzo, que no se había registrado tal cantidad de manifestantes en las calles. En Homs, a 160 kilómetros al norte de la capital, más de 100.000 personas participaron en las marchas de varios barrios. Seis activistas, entre ellos una mujer, murieron en esa ciudad cuando las fuerzas de seguridad abrieron fuego contra ellos. Según el presidente del observatorio sirio de derechos humanos, tanques del ejército entraron en el barrio de Baba Amr, en Homs.
De acuerdo con la televisión oficial siria, dos policías resultaron heridos en esa localidad por disparos de hombres armados.
Otros dos manifestantes murieron en Damasco y un sexto en la cercana Daraya, también por disparos de las fuerzas del orden. Otra persona murió en Latakia, en la costa, a causa de una granada lanzada desde un coche. Una militante informó de la muerte de una mujer y de su hija en un bombardeo del ejército en la región del noroeste de Yabal al Zauiya. Decenas de miles de personas se manifestaron en Deir Ezzor, al este, y en Yabal al Zauiy, escenario de una ofensiva militar desde el martes, en la provincia del noroeste de Idleb, y en las regiones kurdas del noreste del país. En Alepo, segunda ciudad del país, situada en el norte, también hubo manifestaciones contra el régimen, y las fuerzas del orden detuvieron a tres personas. La televisión siria difundió imágenes de manifestaciones en favor del jefe de Estado en Alepo y Sueida, al sur.
Como todas las semanas, los manifestantes prodemocráticos convocaron para el viernes vía Facebook una nueva jornada de movilización, bajo la consigna “Fuera”, lanzada contra el presidente Bashir al Assad. “El pueblo sirio conoce su camino; tiene una visión clara, y no se contentará con menos de un auténtico cambio político. Sabe que el cambio implica la caída del régimen y el régimen lo sabe muy bien”, declaró Yasin Haj Saleh, una figura destacada de la oposición, a los comités de coordinación de la revolución. Desde Lituania, donde se encontraba ayer de visita, la secretaria de Estado norteamericana, Hillary Clinton, denunció la incoherencia del poder sirio, que autorizó una reunión de opositores el lunes en Damasco, pero luego continuó reprimiendo las protestas.
“Me siento herida por las recientes informaciones de que continuaron los actos de violencia en la frontera con Turquía y en Alepo, donde manifestantes fueron golpeados y atacados con cuchillos por grupos organizados por el gobierno y por las fuerzas de seguridad”, declaró.
“Está absolutamente claro que al gobierno sirio le queda poco tiempo. No hay dudas al respecto”, concluyó. Por su parte, el viceministro de exteriores, Al-Miqdad, pidió a Occidente mantenerse al margen de la crisis en Siria. “La situación en Libia no es igual que la de Siria. Si Occidente se planteara una invasión, le aconsejaríamos que no lo hiciera”, advirtió el funcionario.
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