EL MUNDO
Anótese en el juego de apostar para cuándo empieza la verdadera guerra
Hasta hace poco, la guerra a Irak era declarativa. Después, empezaron los envíos de tropas. Pero la diplomacia complicó el panorama. Sin embargo, el dispositivo militar está próximo a completarse. En esta nota, una opinión informada de las opciones de entrada en acción.
Por Michael O’Hanlon *
Desde Washington
¿Cuándo podría comenzar una guerra y cómo se desarrollará? El secretario de Defensa norteamericano, Donald Rumsfeld, ha declarado que la alianza estadounidense-británica ya tiene suficiente poder de ataque en la región del Golfo para comenzar una invasión apenas el presidente George W. Bush y el primer ministro británico Tony Blair así lo ordenen. No obstante, es claro que Estados Unidos y Gran Bretaña todavía no cuentan con todas sus fuerzas en posición y que existen serias desventajas de empezar la invasión en este punto prematuro. Entonces, ¿cuáles son las opciones, y los pros y contras de cada una?
Un comienzo inmediato
¿Por qué no sorprender a Saddam Hussein? Dar comienzo a una guerra mientras los inspectores de Naciones Unidas continúan su trabajo y la ONU mantiene su búsqueda a una salida pacífica podría acarrear enormes costos diplomáticos, pero podría tener un atractivo militar si encuentra dormidas a las fuerzas de elite iraquíes y el régimen. Las fuerzas aliadas ya cuentan con 1000 aviones de combate en la zona. No son tantos como en la operación Tormenta del Desierto, pero los aviones de hoy están mucho mejor equipados con arsenal preciso y mucho más efectivo. Las fuerzas por tierra disponibles también son sustanciales. Incluyen una importante división pesada (la Tercera División de Infantería Mecanizada, en Kuwait), así como una división de marines estadounidenses y amplios elementos de una división británica.
Sin embargo, esta alternativa parece improbable. Además de su inconveniencia política, la fuerzas actualmente en el teatro de combate son demasiado pequeñas para la futura misión, que debe incluir no sólo la derrota de media docena de divisiones de la Guardia Republicana en combate sino además la protección de los pozos de petróleo, el hallazgo y requisa de destrucción masiva y ayuda humanitaria y cuidado médico a la población iraquí.
La guerra comienza entre el 7 y 10 de marzo
A esta altura, elementos de la Cuarta División de Infantería Mecanizada y la 101 División Aereotransportada estarían ya en su lugar, en Kuwait, y posiblemente Turquía: la fuerzas británicas estarían también cerca de completar su fuerza proyectada de alrededor de 40.000 hombres. La fuerza total de la coalición podría alcanzar las 200.000 tropas, en contraste a los actuales niveles por encima de los 150.000. Este momento para la guerra también antecedería a la luna llena, lo que significa que en las primeras horas de la mañana, los ataques nocturnos podrían sacar ventaja de la oscuridad absoluta en la mayor parte de Irak (asumiendo que las principales instalaciones de electricidad iraquíes hubieran sido derribadas). Finalmente, las temperaturas seguramente oscilarían en torno de los 21 grados, incluso a mediodía, facilitando el ejercicio de las tropas de infantería.
Pero este plan presenta dos problemas. Primero, podría no ser consistente con la emergente estrategia diplomática de Bush-Blair de darle a la diplomacia unas pocas semanas más. En segundo lugar, en términos militares las mencionadas Cuarta Infantería Mecanizada y la 101 División Aereotransportada, tanto como unidades británicas relevantes, no estarán disponibles en la totalidad de su fuerza. Las capacidades de apoyo de combate tampoco estarían en posición: los reservistas todavía están siendo entrenados en Estados Unidos para proveer de respaldo a las tropas y para preparar para la estabilización que seguirá a la guerra.
La guerra a mediados
o finales de marzo
Para ese momento, casi todas las fuerzas de la coalición habrán llegado al teatro de guerra (aunque los embotellamientos de tráfico en el puerto de la ciudad de Kuwait y otros obstáculos prácticos de logística podrían significar que algunas operaciones de descargas podrían estar en camino). Pero las fuerzas aliadas podrían acercarse a las 250.000, rozando el tamaño que se ha discutido en los últimos meses como el más indicado. Blair y Bush habrán tenido tiempo de jugar su estrategia diplomática con Naciones Unidas. A mediados y fines de marzo además todavía es una época relativamente fresca en Bagdad, con las temperaturas aproximándose a los 27 grados y por lo general no yendo más allá. Esa fecha es de luna llena, pero eso no representaría un gran problema si en los primeros días de guerra se enfatiza en el bombardeo a alta altitud y las operaciones por tierra en terreno abierto, donde las fuerzas aliadas cuentan con grandes ventajas sin importar la luz.
La guerra en abril
Las ventajas de un comienzo tardío son fundamentalmente diplomáticas. Al esperar hasta ese momento se permitiría un completo despliegue militar y todas las tropas ya entrenadas y preparadas para el combate. Las temperaturas de día de Bagdad podrían superar los 27 grados, pero la noche seguiría siendo fresca, permitiendo a los soldados en equipos químicos operar eficientemente.
La guerra en otoño
Parece lo último en las mentes de Bush y Blair, pero si las preocupaciones diplomáticas apuntan en esta dirección, y hubiera un propósito real para un retraso tan significativo, las tropas podrían pasar el verano en el golfo y luego pelear en otoño.
Mi apuesta está en la opción del medio: una guerra que comience alrededor del día de San Patricio, 17 de marzo. Las operaciones de inicio podrían estar focalizadas en los bombardeos de elevada altitud y las maniobras del desierto de parte de las fuerzas de tierra. La batalla por Bagdad podría presumiblemente ser a comienzos de abril: tiempo para la próxima luna nueva y antes de que el calor se vuelva insoportable.
Pero hay varias alternativas. Esto significa que los argumentos diplomáticos y estratégicos pueden decidir cuándo empezar la guerra.
* Miembro de la Institución Brookings de Washington.
Traducción: Mercedes López San Miguel.