Martes, 26 de julio de 2011 | Hoy
EL MUNDO › MURIERON JóVENES DE TODOS LOS ESTRATOS SOCIALES
Por Terri Judd y Charlotte Sundberg *
La enormidad de la tragedia noruega se hizo más evidente ayer, cuando las fotos de los muertos y los desaparecidos comenzaron a surgir; imágenes de jóvenes ambiciosos, brillantes. Mientras el minuto de silencio del país se estiraba a cinco en las puertas de la catedral de Oslo, con el tráfico inmóvil, las autoridades dieron la cifra final de víctimas:76. Los muertos abarcaron toda la sociedad, desde el medio hermano de la realeza a la hija de inmigrantes. El dolor, como dijo un pariente, era “infinito”.
n Trond Berntsen, de 51 años, hermanastro de la princesa real Mette Marit de Noruega, murió luchando por salvar a unos jóvenes en la isla Utoya. Era policía, padre de dos hijos y trabajaba como guardia de seguridad voluntario en Utoya. En su último llamado a su novia, dijo que estaba tratando de ayudar a que los jóvenes dejaran la isla, pero se convirtió en la segunda víctima del tirador.
n Gunnar Linaker, de 23 años. Su padre, Roald Linaker, dijo que estaba hablando por teléfono con él cuando comenzó el ataque. Su hermana se salvó escondiéndose detrás de un arbusto. El padre agregó: “Teníamos mucho contacto y lo último que escuché fue: ‘Papá, hay tiros, me tengo que ir’. Fue increíblemente duro, mi hijo no está más”.
n Emil Okkenbaug tenía 15 años. Figura como desaparecido, pero su tío Knut Okkenbaug temía lo peor. “La familia está experimentando una pena infinita.”
n Mónica Bosei, de 45 años, estaba esperando para comenzar su tarea como directora del Museo Marítimo Noruego en pocos días, habiendo trabajado en Utoya durante 20 años. Madre de dos hijos, fue una de las primeras víctimas. El primer ministro, Jens Stoltenberg, dijo que era alguien a quien había conocido personalmente. “Para muchos de nosotros, ella era Utoya. Ahora está muerta.”
n Tore Eikeland, de 21 años, era el líder de AUF Hordaland, descripto como uno de los políticos jóvenes más talentosos.
n Ismail Haji Ahmed, amigo cercano de Mohamed Abdi Farah, escribió en Facebook: “Mi amigo verdadero, Isma, que significa todo para mí, siempre te querré. Estás en mi corazón y sos parte mía hasta que me toque morir. Estás en el paraíso y nos proteges desde el cielo”.
Entre los desaparecidos había muchos que se temía que hubieran muerto, incluyendo a Jamil Rafal Yasin, de 20 años, hijo de iraquíes que huyeron de la guerra y buscaron refugio en Egersun. Ella estaba en Utoya con su hermano, quien resultó herido durante el tiroteo. Los amigos la describen como una “orgullosa noruega, una persona magnífica y de gran corazón”.
De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.
Traducción: Celita Doyhambéhère.
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