Martes, 26 de julio de 2011 | Hoy
EL MUNDO › UNA CATáSTROFE HUMANITARIA EN SOMALIA, ERITREA, ETIOPíA
La Organización de la ONU para la Agricultura y la Alimentación, FAO, realizó una cumbre de urgencia para llamar la atención sobre la situación humanitaria en el Cuerno de Africa. La sequía, el alza de precios y los conflictos internos contribuyeron al drama.
Por Elena Llorente
Más de 12 millones de personas y entre ellos cerca de 2,3 millones de niños corren riesgo de morir literalmente de hambre o de malnutrición en países como Somalia, Eritrea, Yibuti y Etiopía, entre otros, si no se toman medidas urgentes, se dijo ayer en una reunión de emergencia sobre la hambruna en el llamado Cuerno de Africa realizada en la FAO, la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación con sede mundial en Roma.
No se trata sólo de falta de proteínas, de vitaminas o de calcio. Aquí se está hablando de los más elementales alimentos para la sobrevivencia, explicaron los expertos. Estos países están viviendo una situación desastrosa afectados por una pronunciada sequía desde hace meses –que muchos atribuyen al cambio climático–, pero también por el aumento del precio de los alimentos y el obstruccionismo de los grupos armados que pululan por varias de esas naciones y no permiten la llegada de las ayudas humanitarias. “Se trata de una de las catástrofes humanitarias más serias de los últimos tiempos”, dijo al inaugurar la reunión Jacques Diouf, el director general de la FAO que, en enero, dejará su puesto al brasileño José Graziano Da Silva.
Diouf precisó que se requerirán unos 1600 millones de dólares en los próximos doce meses para combatir esta hambruna, 120 de ellos inmediatamente y 70, entre éstos, sólo para Somalia. “La combinación de la sequía, la inflación y los conflictos ha creado una catastrófica situación que requiere urgente y masivo apoyo internacional. Si queremos evitar el hambre futuro y la inseguridad alimentaria, los países y las organizaciones internacionales deben urgentemente sostener al sector agrícola y acelerar las inversiones en las áreas rurales”, subrayó Diouf.
Josette Sheeran, directora del Programa Mundial de Alimentos que acaba de volver de Somalia, contó su experiencia espeluznante: muchas madres abandonan a sus hijos más débiles, que suponen que no sobrevivirán, al borde de los caminos, dijo.
De la reunión participaron ministros de varios países africanos y el ministro de Agricultura de Francia, Bruno La Maire, en tanto su país es presidente de turno del Grupo de los 20. También asistieron representantes de otras organizaciones de Naciones Unidas, como Unicef, el Programa Mundial de Alimentos y el Fondo Internacional para el Desarrollo Agrícola.
“Es escandaloso que hoy exista todavía el hambre en el mundo”, dijo La Maire. El encuentro quiso identificar una serie de medidas a mediano o largo plazo para ayudar a esos países africanos a garantizar la seguridad alimentaria y el apoyo técnico necesario para lograrla. Pero también se habló de la necesidad de regular el mercado agrícola para evitar la especulación y la excesiva volatilidad de los precios de los productos de la agricultura. Para el 15 de septiembre, se indicó en una rueda de prensa al concluir el encuentro, se esperan las primeras propuestas en este sentido. “No basta con proporcionar ayuda financiera o llevar millones de dólares de aquí a allá. Hay que invertir en la agricultura mundial y ayudar a los países en vías de desarrollo a producir su propia seguridad alimentaria”, subrayó Le Maire.
El vicepremier somalí, Mohammed Ibrahim, indicó de su lado en la FAO que tres millones y medio de somalíes morirán en los próximos meses si no reciben ayuda. “La población de Somalia está desesperada. Somos testigos de enormes sufrimientos. Esperamos que la comunidad internacional pueda aumentar las ayudas”, dijo. Asimismo hizo un llamado a los grupos fundamentalistas armados que ocupan territorios en estos países, a abrir “corredores humanitarios” para que los alimentos lleguen a destino. Un periodista africano durante la rueda de prensa conclusiva contó que muchas veces las ayudas alimentarias terminan siendo vendidas en los mercados por los traficantes.
El Banco Mundial anunció que destinará 500 millones de dólares para esta campaña. La suma servirá para financiar proyectos a largo plazo con los agricultores, pero ocho millones estarán destinados específicamente a ayudar a las poblaciones mayormente golpeadas por la hambruna. La Unión Europea contribuirá con 100 millones de euros. El Programa Mundial de Alimentos anunció, por su parte, que hoy comenzará un puente aéreo para llevar ayuda alimentaria a Mogadiscio, la capital somalí, y a otras ciudades africanas en necesidad, mientras una conferencia de donantes se realizará el miércoles en Nairobi.
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