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Las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) adelantaron su intención de liberar, aunque sin fecha prevista, a un número no determinado de rehenes. De este modo, la guerrilla colombiana mostró su voluntad de llegar a un acuerdo con el gobierno horas después de que 45 mil personas salieran a las calles de Bogotá para exigir que se terminen los secuestros. Como era previsible, la respuesta del presidente Juan Manuel Santos no se hizo esperar. El mandatario colombiano rechazó cualquier negociación cuyo canje de presos implique necesariamente la liberación de rebeldes, como reclaman desde el grupo armado. Sin embargo, se mostró dispuesto a abrir el diálogo siempre y cuando existan muestras de una verdadera voluntad política por parte de la guerrilla más antigua de Latinoamérica.

El mandatario, que fuera ministro de Defensa del gobierno de Uribe –de línea dura con las FARC–, dijo a la emisora RCN Radio: “Nosotros lo que queremos es ver una voluntad real de llegar a un acuerdo de paz, y una de las formas de expresar esa voluntad es liberar a los secuestrados unilateralmente, sin condiciones y sin show”. Y agregó Santos: “Nadie está diciéndoles que tienen que rendirse en forma humillante, como algunos están sugiriendo, yo sé que eso no es realista y no es el camino (...) estamos dispuestos si hay voluntad de paz a sentarnos a dialogar sobre cómo llegamos a esa paz”.

En un mensaje sin demasiadas precisiones, las FARC prometieron “concretar (...) la liberación unilateral de los prisioneros de guerra que en misiva anterior les anunciamos, a pesar de que algunos de ellos cayeron en el insensato intento de rescate militar”. En otro documento difundido ayer y subido a su página de Internet (www.farcep.co), la guerrilla colombiana se refirió, en un mensaje dirigido a Rigoberta Menchú y Lucía Topolansky (entre otras mujeres reconocidas internacionalmente), a los cuatro rehenes asesinados el 26 de noviembre en una zona selvática del sur de Colombia. “Deploramos profundamente que cuatro de los seis prisioneros de guerra que íbamos a liberar unilateralmente (...) hayan muerto en un irracional intento de rescate militar del ejército colombiano, cuando marchaban hacia el lugar donde proyectábamos entregarlos”, señalaron en el texto. El comunicado, fechado el 1º de diciembre, y posteado dos días después, responde a pedidos de la Federación de Mujeres para la Paz Mundial, integrada por activistas como la Nobel de la Paz guatemalteca, la escritora mexicana Elena Poniatowska y la ex senadora colombiana Piedad Córdoba.

Según datos oficiales, la guerrilla colombiana, fundada en 1964, cuenta con al menos 8000 combatientes y retiene desde hace más de doce años a por lo menos once policías y militares, que plantean canjear por sus guerrilleros presos, además de mantener cautivos a un número indeterminado de civiles con fines extorsivos. Las últimas negociaciones de paz entre las FARC y el gobierno colombiano fracasaron hace casi una década.