EL MUNDO › EE.UU. LOS FRENA PARA NO IRRITAR A TURQUIA
Como kurdos en la neblina
Por Juan Carlos Sanz *
Desde Erbil
Estados Unidos detuvo el avance de las milicias kurdas a unos cinco kilómetros de Kirkuk, la segunda ciudad del norte de Irak y capital de una importante región productora de petróleo. El general del cuerpo de marines Pete Osman dio personalmente la orden al mando de los “peshmergas”, según la prensa del Kurdistán iraquí, para evitar una reacción de Turquía. La prolongada campaña de bombardeos aéreos –que fueron especialmente intensos ayer en Kirkuk– no estuvo acompañada en el frente kurdo de un despliegue significativo de tropas y carros de combate de EE.UU., que parece descartar la toma de los yacimientos petrolíferos del norte antes de la caída de Bagdad.
Para los dirigentes kurdos, Kirkuk es una cuestión de principios. “Mi corazón está en Kirkuk”, es el lema de la campaña nacionalista para reivindicar la incorporación de la ciudad, y de sus importantes reservas de petróleo, al territorio autónomo que intentan consolidar en un futuro Irak federal. Masud Barzani, presidente del Partido Democrático del Kurdistán (PDK), aseguró que los peshmergas no van a apoderarse de Mosul, a la que consideran como una ciudad con mayoría de población árabe, y que su presencia en las calles de Kirkuk sólo responderá a su reciente condición de “fuerzas militares de la oposición iraquí”.
Tanto Barzani como Yalal Talabani, líder de la Unión Patriótica del Kurdistán (UPK), no renuncian a tomar el control de las localidades abandonadas por las tropas iraquíes y por los habitantes árabes que sustituyeron a los originales pobladores kurdos, expulsados por el régimen de Bagdad durante más de 30 años de limpieza étnica. Aunque evitan hablar de Kirkuk como nueva capital del territorio autónomo, los máximos dirigentes kurdos insisten en exigir el retorno de los deportados por Saddam Hussein antes de negociar el futuro estatuto de la ciudad.
EE.UU. logró frenar a tiempo una incursión militar de Turquía en el norte de Irak que hubiera desencadenado una inmediata acción armada de los kurdos. Pero el gobierno de Ankara observa con preocupación la ofensiva kurda, sobre todo en el frente de Kirkuk, hacia unos pozos de petróleo que pueden servir para financiar a un eventual Estado independiente. Para el rígido sistema unitario defendido por los generales turcos, un proceso de autodeterminación en Irak resultaría un ejemplo inaceptable para los más de 12 millones de kurdos que viven en el sudeste de Anatolia.
* De El País de Madrid. Especial para Página/12.