El gobierno de Siria aceptó que se implemente un plan para superar la revuelta opositora que sacude al país desde hace un año. Kofi Annan, enviado de Naciones Unidas (ONU) y la Liga Arabe para Siria fue quien confirmó la noticia, según difundieron las cadenas periodísticas del mundo. El funcionario dijo al Consejo de Seguridad de la ONU que su aplicación inicial debería incluir un alto el fuego total para el 10 de abril, afirmaron fuentes diplomáticas que participaron del encuentro –que se llevó a cabo a puertas cerradas– en el que el enviado informó al máximo órgano de la ONU sobre sus gestiones de paz. Annan llamó al Consejo de Seguridad a apoyar el plazo aceptado por el presidente sirio, Bashar al Assad. La iniciativa incluye una tregua en los combates entre el Ejército nacional sirio y la oposición armada, una retirada de soldados y armamentos pesados de las ciudades de Siria y acceso de ayuda humanitaria a las zonas afectadas por la ola de violencia política.

De acuerdo con las versiones difundidas por las fuentes diplomáticas, que según la cadena BBC pidieron no ser identificadas porque la reunión fue privada, Annan dijo además que el Consejo de Seguridad de la ONU debería empezar a considerar el despliegue de una misión observadora con un amplio mandato para supervisar la aplicación del plan de paz. Aunque Siria aceptó el plan de paz la semana pasada, eso no detuvo la violencia en el país árabe. La oposición siria recibió la iniciativa con reservas y dijo que no dialogará con el gobierno si continúa con la represión.

En declaraciones luego de la ponencia de Annan, la embajadora de Estados Unidos ante la ONU, Susan Rice, reiteró las dudas de su gobierno sobre la buena voluntad de Al Assad. “Vimos promesas que se hicieron y se rompieron”, dijo la funcionaria. La experiencia nos llevaría a ser escépticos sobre la disposición del gobierno sirio a implementar el plan de Annan, agregó la embajadora, quien advirtió además que la violencia podría empeorar. La crisis en Siria se desató en marzo de 2011 con protestas contra Al Assad, que fueron rápidamente reprimidas. El conflicto se tornó más violento cuando a la represión se sumó la aparición de grupos rebeldes armados. Estas tropas insurgentes estarían formadas por soldados desertores, civiles que tomaron las armas y extremistas islámicos. Según estimaciones de la ONU, más de 9000 personas murieron durante el conflicto que sacude a Siria, la mayoría de ellos civiles.

El gobierno de Al Assad, que el sábado salió a afirmar que la revuelta estaba mayormente superada, sostiene que el alzamiento contra ese régimen forma parte de un complot de países hostiles a Siria, instrumentado por islamistas radicales del tipo Al Qaida, que reciben armas y dinero desde el exterior. En este contexto, la supuesta decisión tomada por el Grupo Amigos de Siria de armar y financiar a los rebeldes que combaten contra el gobierno sirio se encontró ayer con un férreo rechazo de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) y Rusia, que reiteraron la necesidad de apoyar un proceso de paz para resolver la crisis.

Durante una rueda de prensa, el secretario general de la OTAN, Anders Fogh Rasmussen, dijo que ofrecer armas a grupos sirios genera un potencial peligro de proliferación de armas en la región, y abogó por una solución pacífica y diplomática. “No creo que la manera correcta de proceder sea suministrar armas a esos grupos”, subrayó el secretario general aliado. En la misma línea, el gobierno ruso criticó los acuerdos alcanzados que, según indicó la vocera de la cancillería, María Zajarova, traban una salida al conflicto. “Las intenciones y declaraciones pronunciadas en Estambul sobre la ayuda directa a la oposición armada en el exterior, incluyendo el apoyo militar y logístico, van en contra de los objetivos de una solución pacífica del conflicto civil”, remarcó la funcionaria.