Domingo, 8 de abril de 2012 | Hoy
EL MUNDO › AYER SE REALIZO EL FUNERAL DE DIMITRIS CHRISTOULAS, EL JUBILADO QUE SE SUICIDO ANTE EL PARLAMENTO
“Aún queda medicina por tomar”, dijo Lagarde sobre la situación griega. La directora gerente del FMI no descartó la quiebra del país y su salida de la Unión Europea. El gremio marítimo anunció paros para esta semana.
El disparo en la cabeza que se pegó el jubilado acuciado por la crisis financiera, Dimitris Christoulas, fue el comienzo de una nueva ola de convulsión social en la de por sí convulsionada actualidad de Grecia. A las protestas que generó este incidente que caló profundamente en la opinión pública del país, se sumaron confirmaciones de huelga para esta semana por parte del gremio marítimo y el anuncio de la titular del FMI, Christine Lagarde, de que Grecia se encuentra a las puertas del default. La directora gerente del Fondo no descartó que Atenas vaya a la bancarrota, ni que se vea forzada a salir del euro y de la Unión Europea en un futuro cercano. “Aún queda medicina por tomar y eso es lo que sucede en la mayoría de los Estados del sur de la Eurozona”, dijo la funcionaria en un adelanto de la entrevista que se emitirá hoy por la cadena CBS.
En el multitudinario funeral de Christoulas, que se llevó a cabo ayer, la consigna fue clara: no fue suicidio, sino asesinato de Estado. Las 2000 personas que asistieron –entre familiares, amigos y gente que se sintió afectada por lo ocurrido– rindieron un último tributo al farmacéutico de 77 años, quien en una carta culpó por su muerte al actual gobierno del primer ministro Lucas Papademos. Christoulas ya se convirtió en un signo de los tiempos que corren en el castigado país heleno. A la entrada del cementerio central de Atenas, los participantes corearon consignas entre las que se escuchó: “Pueblo hacia delante, no bajes la cabeza, la única respuesta es la resistencia”. Cerca del ataúd, su hija reiteró su postura acerca de que el suicidio de su padre había sido un acto político. Un representante de la comunidad siria comparó la situación de Grecia con la de su país. “Abajo las dictaduras”, dijo ante el aplauso de muchos, agregando que ríos de sangre corrían en su país.
Dos personas leyeron extractos de poemas del escritor griego de izquierda Kostas Varnalis. “No bajen la cabeza”, fue otra de las consignas coreadas. “La resistencia es la única alternativa”, también. Al funeral no asistió ningún representante de un partido político de envergadura. Tan sólo Panagiotis Lafazanis, un parlamentario de la Coalición Radical de Izquierda. De acuerdo con sus deseos, su cuerpo será llevado a Bulgaria para cremarlo luego del funeral. En Grecia la cremación no es muy común, ya que recién fue legalizada en 2006.
Pero el funeral de Christoulas no fue el único epicentro de protestas. El viernes, los marineros confirmaron una huelga para el martes y miércoles, luego de que se estancaran las negociaciones entre el gremio y el gobierno. La Federación Panhelénica de Marineros dijo que llevaría a cabo el paro aunque recibió presiones por parte de operadores turísticos y de negocios. La huelga afectará a muchos turistas que llegan a las islas para Pascuas, que finalizan el 15 de abril en Grecia.
Trabajadores del puerto y camioneros enardecidos chocaron con la policía el viernes a las puertas del Banco de Grecia. Cerca de 200 trabajadores cantaron: “Bin Laden, choca un avión contra el Parlamento, así saben que no pueden joder con los trabajadores”. Súbitamente la policía comenzó a usar gas lacrimógeno contra los manifestantes que querían acercarse a la entrada principal del edificio del Parlamento. Uno de los trabajadores debió ser atendido por una herida facial. Portando sobretodos naranja y ondeando banderas negras, los manifestantes marcharon al Ministerio de Finanzas para condenar los ajustes en las jubilaciones como resultado del reciente canje de bonos que hizo que los fondos de las pensiones pierdan billones de euros. Desde el comienzo de la aplicación de planes restrictivos en 2010, las pensiones de jubilación en Grecia se recortaron en alrededor de un 15 por ciento. A eso se sumó un aumento de los precios en una media del 10 por ciento, así como un incremento notable de los impuestos. Esas y otras medidas son resultado de las condiciones impuestas por la Troika (Unión Europea, Banco Central Europeo y Fondo Monetario Internacional), antes de conceder millonarios préstamos a la nación helénica. En este país, con una tasa de desempleo del 20,9 por ciento, el número de suicidios se elevó en los años recientes, y en los tres primeros meses de 2012, 149 personas se quitaron la vida.
Para completar el panorama desalentador, la directora del FMI advirtió que el país heleno aún está en riesgo de caer en default. Lagarde no descartó que Grecia vaya a la bancarrota, ni que se vea forzada a salir del euro y de la UE en un futuro cercano. El mensaje de la máxima mandataria del FMI apunta directamente a las próximas elecciones del 6 de mayo y a las decisiones que tomará el nuevo gobierno heleno.
Los organismos internacionales temen que un cambio de las fuerzas políticas que integren el gobierno ponga en peligro las condiciones bajo las que Atenas aceptó el segundo rescate financiero internacional. El actual premier griego, Papademos, no descartó la semana pasada la posibilidad de que su país se vea obligado a pedir más ayuda financiera y se quejó por las presiones que recibe desde el exterior. Ante esto, el ministro de Finanzas de Alemania, Wolfgang Schäuble, dijo que cuando naciones enteras viven más allá de sus posibilidades y después son obligadas a adoptar medidas de austeridad, es lógico que culpen a otros.
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