España arde, los mercados pierden confianza y el gobierno de Mariano Rajoy da una rápida respuesta: más recortes y nuevas reformas, ahora en el área de la salud y la educación. Así lo adelantó esta semana el ministro de Economía del gobierno conservador, Luis de Guindos. Los próximos pasos serán la reforma de los servicios públicos, sobre todo en sanidad y educación y la mejora del funcionamiento de los mercados, por ejemplo el de alquileres, así como la liberalización del comercio y los servicios profesionales. El responsable de Sanidad y Asuntos Sociales del gobernante Partido Popular (PP), José Ignacio Echániz, dijo que la salud no sólo tiene problemas económicos, sino también de cohesión, y dijo que la reforma anunciada por De Guindos puede tocar todo.

En la línea del presidente de España y sus altos funcionarios, Echániz le echó la culpa de la situación al gobierno anterior del PSOE. “Los socialistas permitieron a las comunidades autónomas realizar políticas sanitarias dispersas y centrífugas, que generaron problemas graves de cohesión”, denunció. Utilizando un oportuno simbolismo, el también consejero de Sanidad y Asuntos Sociales de Castilla La Mancha culpó al ex vicepresidente del gobierno socialista, Alfredo Pérez Rubalcaba, de ser el virus causante de la infección que sufre la sanidad, que se encuentra con paro cardiorrespiratorio, con una deuda que alcanza los 15.000 millones de euros.

Tras las palabras de De Guindos, el responsable de Sanidad del PP no descartó en ningún momento implantar el copago sanitario, y le pateó la pelota a la ministra de Sanidad, Ana Mato. “No sé qué tiene la ministra en estos momentos en la cabeza, pero hay comunidades autónomas que ya lo han puesto en marcha, como Catalunya”, informó. “Si queremos que la sanidad siga siendo la joya de la corona de nuestro país, se tienen que abordar esas reformas”, apuró. Para mejorar la financiación, Echániz pidió que no sólo sea por la vía de aumentar los ingresos, sino también por la organización de los propios servicios a través del establecimiento de una cartera única de prestaciones para todo el Estado.

En sus declaraciones del viernes, De Guindos también adelantó que el mercado bancario se irá transformando y que el proceso conducirá a la desaparición de los más débiles y a un sector financiero mucho más sano y con menos bancos pero más fuertes. “El país logrará superar la crisis financiera y presupuestaria por su propia fuerza y conseguirá salir reforzado de la misma”, afirmó confiado el funcionario del gobierno conservador, tras los duros embates y la desconfianza que encendió en los últimos días el presidente francés, Nicolas Sarkozy, al decir que sus compatriotas no desean terminar como España. “Es un país que cometió errores en el pasado y acumuló desequilibrios. Ahora está en la senda de la corrección de todos esos problemas”, comentó De Guindos en un tiro por elevación a la gestión socialista anterior. “Pondremos en orden los presupuestos públicos. Nuestro gobierno, electo hace cuatro meses, tiene una mayoría absoluta en el Parlamento y un mandato claro para el ahorro y las reformas. Con ello lo conseguiremos”, insistió.

El interés que debe pagar España por endeudarse no paró de subir desde que empezó el año, y el miércoles intentó que los inversores le compraran bonos por valor de 3500 millones de euros y sólo consiguió colocar 3200 millones. El gobierno de Rajoy publicó la semana pasada un proyecto de presupuesto para 2012 que apenas les facilita las cosas: 35.000 millones de dólares en recortes de gasto e incrementos de impuesto para conseguir que el déficit baje del 8,5 por ciento de 2011 al 5,3 por en 2012.