Renzo Bossi, uno de los hijos y delfín de Umberto Bossi, fundador del partido de la Liga Norte, presentó ayer su renuncia al cargo de consejero regional de Lombardía, ubicada al norte de Italia. El joven Bossi, de 23 años, apodado por su padre “la Trucha”, anunció ante la televisión la renuncia a su cargo, por el que cobraba un sueldo de 12 mil euros por mes. De la mano de la Liga Norte, su padre Umberto supo amasar una alianza clave con los sucesivos gobiernos de Silvio Berlusconi. Renzo justificó la decisión de dimitir al cargo argumentando que lo hizo “por el bien del movimiento” y dijo estar sereno con relación a las acusaciones que pesan en su contra.

Las escuchas telefónicas y testigos citados por la prensa local apuntan a Renzo, su madre y otros familiares y amigos próximos de Umberto Bossi (entre ellos Rosy Mauro, vicepresidente del Senado) por usar las cajas del partido para financiar gastos privados. Entre esos gastos se encuentra la reestructuración de casas, el alquiler de coches de lujo, estudios médicos y pagos en universidades extranjeras. El escándalo estalló con la apertura de una investigación contra Francesco Belsito, tesorero del movimiento, por el presunto desvío de fondos públicos otorgados para las campañas electorales. Por esas denuncias, Belsito renunció de inmediato. La Justicia italiana investiga inversiones por más de 10 millones de euros realizadas en Tanzania, Noruega y Chipre por el ex tesorero de la Liga Norte que, como estandarte de campaña, alzaba la lucha contra la corrupción: el mismo Bossi tenía el lema de combatir a la “Roma ladrona”. Tras el escándalo, Bossi padre dimitió el jueves a su cargo de secretario federal del partido.