Sábado, 28 de abril de 2012 | Hoy
EL MUNDO › ESTALLARON CUATRO BOMBAS EN EL SUR DE UCRANIA
A seis semanas del evento deportivo, un vocero de la ex república soviética informó que hay al menos 29 personas heridas, entre ellas diez niños, y cinco víctimas graves.
Por Shaun Walker *
Desde Moscú
Cuatro bombas explotaron en la ciudad ucraniana de Dnipropetrovsk ayer, justo seis semanas antes de que comience la Eurocopa de fútbol de 2012 que se celebra en ese país. En pocos minutos estallaron las bombas en lugares concurridos de Dnipropetrovsk, la ciudad del sudeste ucraniano de donde es oriunda Julia Timoshenko, condenada por supuestos hechos ocurridos durante su gestión como jefa de gobierno, puesto que ocupó dos veces con interrupciones, entre 2005 y 2010.
El Ministerio del Interior de la ex república soviética informó que hay al menos 29 personas heridas, entre ellas diez niños, y que cinco de las víctimas se encuentran en estado grave por el ataque que pone en duda el éxito de la Eurocopa de fútbol. Los artefactos explotaron dentro de contenedores de basura en concurridos lugares de esa ciudad industrial ucraniana, ubicada a 400 kilómetros al sudeste de Kiev, la capital del país y donde Inglaterra jugará por lo menos dos partidos durante el torneo. El gobierno de Kiev se encuentra bajo presión por su trato a la oposición, especialmente por el caso de Timoshenko. Es la primera vez en los últimos años que ocurre un atentado de esta magnitud en Ucrania, en este caso en la tercera ciudad más importante del país. Timoshenko, de 51 años, está en huelga de hambre en prisión tras ser condenada en octubre pasado a siete años de cárcel por firmar un contrato de gas con Rusia considerado lesivo para los intereses de Ucrania, en un juicio criticado a nivel internacional. La semana pasada comenzó además un segundo proceso contra la ex jefa de Estado por evasión fiscal que podría elevar la pena hasta los doce años.
La Unión Europea (UE) y Estados Unidos condenaron el carácter “político” de la persecución a la que está siendo sometida la heroína de la Revolución Naranja de 2004, a causa de las protestas y huelgas por el resultado de las elecciones presidenciales de ese año. Los manifestantes denunciaban la existencia de un fraude electoral a favor del candidato progubernamental Viktor Yanukovich y salieron a la calle para aclamar al líder Víktor Yushchenko, apoyado por la ahora detenida Timo-shenko, logrando que se repitiese el proceso electoral.
El viernes pasado, Timoshenko fue trasladada de la prisión en la que cumple condena a una clínica especializada en la ciudad de Járkov, donde se negó a someterse a rehabilitación de la hernia discal que padece, tras denunciar que fue maltratada físicamente. Varios medios ucranianos publicaron ayer fotos de la ex primera ministra mostrando los moretones sufridos hace una semana cuando tres empleados de la prisión donde se encuentra recluida se la llevaron en volandas al hospital para ser sometida a tratamiento. Timoshenko comenzó una huelga de hambre el 20 de abril, según su abogado Serguéi Vlásenko, el mismo día en que se produjo la agresión, en protesta por lo sucedido y por “la represión política que padece la oposición en el país”.
Poco después de ocurridos los atentados de ayer, la fiscalía general de Dnipropetrovsk abrió un proceso penal por terrorismo, aunque hasta el momento las autoridades ucranianas no informaron sobre los posibles autores de los atentados ni de que alguien se los haya atribuido.
El presidente Yanukovich afirmó que los atentados con bombas son “otro reto” para el país y recibirán la “respuesta adecuada”. “Pensamos que esto supone otro reto para nosotros, para el país en su conjunto”, declaró Yanukovich durante una visita a la región de Crimea, en el sur de Ucrania. “Ya veremos la forma de responder adecuadamente”, añadió el mandatario, que encargó al servicio secreto y al Ministerio del Interior una investigación inmediata de lo ocurrido.
La policía estaría detrás de la pista de un sospechoso al que vieron salir de un supermercado. Ucrania tiene poca historia de terrorismo y no hay movimientos religiosos o separatistas que hayan provocado violencia. Las explosiones, por lo tanto, son un shock para un país que está tratando de probar que puede albergar un importante hecho internacional.
* De The Independent, de Gran Bretaña. Especial para Página/12.
Traducción: Celita Doyhambéhère.
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