El periodista francés Romeo Langlois fue liberado ayer por la guerrilla FARC en el pueblo de San Isidro, sur de Colombia, de donde salió después de las 17 junto a la misión humanitaria que lo fue a buscar. Langlois, de 35 años y corresponsal de la cadena de televisión France 24, rehén de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) por más de un mes, fue entregado a la misión humanitaria en un acto en el cual los insurgentes leyeron un documento titulado “Desagravio a Romeo” y pidieron disculpas por haberlo calificado de prisionero de guerra.

En San Isidro, una pequeña vereda del selvático departamento de Caquetá, se concentraron cientos de campesinos y colonos, la mayoría agricultores y cultivadores de hoja de coca, para recibir al periodista, quien con una cámara grabó su propia liberación. Allí, Langlois fue entregado a la misión formada por el delegado del Comité Internacional de la Cruz Roja en Colombia, Jordi Raich; la ex senadora Piedad Córdoba y el enviado del gobierno francés, Jean-Baptiste Chauvin, entre otros, a quienes los rebeldes reclamaron para hacer la entrega. Los integrantes de la gestión humanitaria habían llegado poco antes en vehículos todo terreno después de más de cinco horas de viaje por rutas de tierra desde Florencia, la capital de Caquetá.

En ese alejado lugar los esperaba una gran tarima y cuando estaban encaramados sobre ella apareció Langlois rodeado de guerrilleros. Entonces se dio paso a la mayor exposición pública de las FARC en muchos años. “Se impuso una vez más la política sobre las cuestiones humanitarias y eso es algo que se ha hablado muchas veces de parte de la guerrilla y también del gobierno y la fuerza pública. Yo no señalo a nadie particularmente, pero esto pasa una vez más”, dijo Langlois a los congregados. El corresponsal, que está herido de bala en un brazo, fue apresado el 28 de abril pasado, cuando acompañaba a un contingente de policías y militares en un operativo antidrogas y se toparon con una ofensiva guerrillera.

En sus primeras declaraciones, Langlois aseguró que durante su cautiverio había sido “tratado muy bien por la guerrilla durante estos 33 días” y confirmó que nunca estuvo “amarrado” y que le dieron bien de comer, e incluso le ayudaban a cargar con la mochila y el colchón. “El sentimiento que yo tenía es que la guerrilla me quería entregar, después mucha gente empezó a hablar, se politizó la cosa y decidieron postergar un poquito esto”, agregó. No obstante, indicó: “Yo acepto las disculpas y salgo sin amarguras de esto, pero yo no comparto esta decisión de guardarme 33 días”.

Un jefe guerrillero leyó un comunicado de la máxima dirección de las FARC que sostiene: “En Colombia el pueblo está harto de los gobiernos oligárquicos y corruptos que no nos representan y se niegan a responder las reivindicaciones”. Al partir de San Isidro, el periodista dijo que desea ir a Francia “muy rápidamente”, aunque aseguró: “Quiero pasar por Bogotá para verme con mis amigos”. “Lamento que mi familia haya tenido que pasar por este dolor”, expresó.

El periodista francés justificó su presencia junto al ejército y la policía en el momento de su secuestro en que “el trabajo de uno, como periodista, es cubrir todas las partes del conflicto”. También despejó las dudas sobre el operativo en el que se vio involucrado, al detallar que el laboratorio de drogas que destruyeron era “pequeño y modesto, como muchos que se destruyen de forma repetida, de un campesino que contaba con esto para sobrevivir”. Y agregó en ese sentido que “alrededor se dijeron muchas cosas inexactas”. “Son pobres matándose entre pobres, es trágico, esto lleva cuarenta años, buenos y malos no hay, a veces la prensa y el gobierno han logrado vender imágenes distorsionadas, pero cuando uno viene a estas zonas ve que la realidad es más compleja”, afirmó.

“Yo no necesitaba esta experiencia para conocer el conflicto colombiano ni la guerrilla, llevaba tiempo en esto, pero tengo la convicción de que hay que seguir cubriendo el conflicto”, insistió, al confiar en que el ejército siga llevando consigo a periodistas a las zonas de guerra.

En París, el presidente francés, François Hollande, se congratuló por el buen desenlace del hecho. “Es un momento de gran alegría y me uno plenamente a la felicidad y al alivio de su familia, de sus allegados y de la redacción de France 24”, dijo Hollande.