La recesión intensifica la presión política sobre el gobierno en general y sobre George Osborne en particular. Ya no se trata de la oposición laborista o los sindicatos. El periódico financiero City AM, voz ultraortodoxa en el Reino Unido, está liderando una campaña para que el ministro de Finanzas sea el primero en salir del gobierno cuando se anuncie una reestructuración de gabinete. Pero el problema no se limita a la economía. Este martes el Servicio Fiscal de la Corona (CPS) acusó formalmente a Andy Coulson, Rebekah Brooks y cinco personas más por el escándalo de las escuchas telefónicas. Coulson renunció como editor del News of the World a raíz del primero caso –escucha telefónica al príncipe Guillermo–, a pesar de lo cual David Cameron lo contrató como jefe de prensa del Partido Conservador en 2007 y de su oficina de primer ministro con la victoria en las elecciones de 2010. Rebekah Brooks, ex editora del The Sun, News of the World y ex directora ejecutiva de News International, pilar británico del imperio mediático Murdoch, es vecina de Cameron, se reunió decenas de veces con él e intercambiaba frecuentes mensajes de texto durante la campaña electoral. Ambos eran figuras clave en la estrategia de los conservadores para volver al poder después de 13 años de Nuevo Laborismo. Será el juicio del siglo y expondrá a Cameron a una prolongada humillación pública mucho después de que los fastos de los Juegos Olímpicos se hayan apagado.