Lunes, 12 de noviembre de 2012 | Hoy
EL MUNDO › EN EL FIN DE SEMANA FUERON ASESINADAS 20 PERSONAS
Al menos 20 personas fueron asesinadas y otras 12 resultaron heridas de bala, entre la noche de anteayer y la madrugada de ayer en San Pablo. Entre los muertos se encuentran las siete víctimas fatales registradas el sábado, según recuentos policiales citados por la prensa local. De ese modo, la cantidad de personas asesinadas, desde principios de octubre, en una ola de ataques violentos que azota a la mayor ciudad de Brasil, se eleva a cerca de 240. Las autoridades atribuyen esos crímenes principalmente al grupo narcotraficante Primer Comando de la Capital (PCC), que habría actuado en represalia a acciones policiales realizadas contra esa facción en los últimos meses.
Tres de las muertes registradas anteanoche ocurrieron en enfrentamientos con la policía: un hombre fue asesinado cuando intentaba robar un auto en el barrio Sao Mateus. Los otros dos perdieron la vida en un tiroteo en la ciudad Santo André. También se registraron varios tiroteos realizados por desconocidos, contra grupos de personas que estaban en la calle, en diferentes ataques que la policía no logró determinar si están relacionados o no con la ola de violencia.
Uno de estos ataques se produjo también anteanoche. En esta oportunidad tuvo lugar en el barrio Vila Mazzei, donde un desconocido, que iba armado en su vehículo, les ordenó a dos hombres que caminaran sin mirar para atrás y luego les disparó. Ambos resultaron heridos en las piernas y los pies, pero sus vidas no corrían peligro, según la policía, que no precisó la identidad de las víctimas.
En la ciudad Sao Bernardo do Campo, un hombre y una mujer fueron asesinados en su casa por desconocidos que huyeron del lugar sin robar nada, lo que hace sospechar a la policía que se trató de una ejecución. La mayoría de los incidentes ocurrió en barrios periféricos y ciudades del cinturón industrial de San Pablo, las zonas más azotadas por la ola de violencia y donde se registró el incendio de dos ómnibus urbanos en las noches del jueves y el viernes.
Debido a la rápida escalada de la violencia, las autoridades dejaron de informar en muchos casos sobre las identidades de las víctimas o las circunstancias de los asesinatos. El gobierno de Brasil y la gobernación paulista anunciaron la semana pasada un plan para tratar de frenar la actividad criminal del PCC y cortar sus vías de financiación, con el objetivo de detener la ola de violencia. No obstante, muchos de los homicidios no están relacionados directamente con los grupos armados y se enmarcan dentro de la violencia que es común a todas las grandes ciudades brasileñas y que cada año deja alrededor de un millar de muertos en el estado de San Pablo, según el gobernador Geraldo Alckmin.
De acuerdo con las investigaciones del Ministerio Público de San Pablo, la ola de asesinatos arrancó a mediados de año. Se sospecha que la causa podría haber sido las ejecuciones de la Policía Militar en su lucha contra el crimen. El primer caso ocurrió en mayo. Líderes del PCC se encontraban reunidos en una casa de la zona este paulista. Allí planificaban la fuga de la cárcel de uno de sus compañeros, cuando agentes de la Rota (policía especializada en el combate al delito organizado) invadió el lugar y mató a cinco de los seis sospechosos. Los soldados de la PM ejecutaron fríamente al sexto delincuente, cuando ya lo habían detenido. Ese hecho fue filmado con un celular y trascendió a la prensa.
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