EL MUNDO › LAS MEMORIAS DE HILLARY PREPARAN UN LANZAMIENTO ELECTORAL

Confesiones de una ex primera dama

Hillary Clinton, ex primera dama de EE.UU., publicó ayer sus memorias entre rumores de que buscará la presidencia el año próximo.

“Bill lo leyó y quiere que todos lo compren”, dijo Hillary Clinton mientras firmaba copias de su autobiografía para las 250 personas que ayer se amontonaron en la librería Barnes & Noble de Manhattan. Algunos pasaron la noche en la calle para ser los primeros en obtener una copia de Living History (Historia viviente), la autobiografía por la que la ex primera dama recibió un adelanto de ocho millones de dólares. Allí recuerda los ocho años en que su esposo gobernó Estados Unidos, pero la parte más esperada por el público son los capítulos del escándalo que se desató en Estados Unidos cuando se descubrió el romance entre el presidente y la becaria Monica Lewinsky.
“Lo quería ahorcar”, dice Hillary al recordar cuando en agosto de 1998 Bill le confesó el affaire con Lewinsky. Hasta que no escuchó la confesión de boca de su marido, la primera dama había creído que las acusaciones eran mentiras para hundir al presidente. O por lo menos eso dice. “Fue una época solitaria y muy difícil”, le dijo a la periodista Barbara Walters, en una entrevista que se transmitió ayer por la cadena ABC. “No le hablaba porque no tenía nada para decirle. Estaba decepcionada y enojada”, contó. Pero Hillary decidió seguir casada. “Llegué a un punto en el que, o me decidía a perdonarlo y soltaba toda la bronca que sentía, o lo abandonaba para siempre”, dijo. Pero, según ella, ambos superaron esta prueba y ahora esperan “envejecer juntos”. “Nadie me hace reír y me comprende mejor que Bill”, dice ella. Y asegura que, después de 30 años, el ex presidente sigue siendo “la persona más interesante, enérgica y alegre que conocí, el hombre de mi vida”. Después del escándalo, el matrimonio empezó terapia de pareja y dos años después, ella se presentó como candidata a senadora por el estado de Nueva York. Desde entonces, la ex primera dama ha estado trabajando en el parlamento y escribiendo sus memorias, por las que la editorial Simon & Schuster le pagó un adelanto de 8 millones de dólares. Según ella, Bill leyó los borradores y hasta la ayudó con algunos párrafos del libro.
En 1972, Hillary Rodham sintió amor a primera vista por un compañero de la Universidad de Yale que “parecía un vikingo”. Por entonces, el futuro presidente usaba barba y una mata de pelo rojizo e indomable. Los dos estudiaban derecho pero nunca habían hablado. “Cada vez que lo veía, no podía dejar de mirarlo y él tampoco me sacaba los ojos de encima”, le contó Hillary a Walters. Así que ella se le acercó y le dijo que si iban a seguir mirándose, lo mejor era que se presentaran. Enseguida empezaron a salir y luego él le pidió casamiento. Hillary no quería abandonar su incipiente carrera como abogada, pero finalmente aceptó y la pareja se mudó a Little Rock, en Arkansas, la tierra natal de Bill. Pero esta aburrida ciudad del interior prometía una serie de futuros escándalos. Clinton fue electo gobernador y al terminar su mandato se presentó como candidato a la presidencia. En plena campaña, una mujer llamada Gennifer Flowers alegó que había tenido una relación de 12 años con Clinton, cuando éste vivía en Arkansas. Ya en la Casa Blanca, una empleada pública de Arkansas llamada Paula Jones lo demandó por acoso sexual. La Justicia desechó el caso por falta de mérito. Cuando estalló el escándalo Lewinsky, Clinton negó su relación con Monica y Hillary le creyó. “A esa altura, la gente había hecho tantas acusaciones atroces que no me parecía inusual que dijeran algo así”, le dijo la ex primera dama a Walters. Eran los tiempos en que Hillary denunciaba a voz en cuello una “gigantesca conspiración de la derecha” contra su marido. Y de hecho, los republicanos estaban en la primera fila de los araques. Pero meses después, Bill despertó a Hillary y le confesó que había tenido relaciones con Monica.
El resto es historia conocida. Algunos dicen que el libro es una estrategia de marketing para el próximo paso de Hillary, postularse para la presidencia de Estados Unidos. Pero ella asegura que no tiene ningún interés de dejar su banca de senadora, de la que está “muy orgullosa”. De todos modos, todo indica que su autobiografía se convertirá en un best seller e incluso ya se habla de que la actriz Sharon Stone protagonizaríauna película sobre los Clinton. Ayer, sólo 250 afortunados con una pulsera roja en la muñeca, que Barnes & Noble les entregó cuando compraron el libro, pudieron acercarse a Hillary. Mientras, centenares de turistas, fotógrafos, camarógrafos y curiosos se amontonaban contra la vidriera para tratar de pispear a la ex primera dama.

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Hillary Clinton firmando ejemplares a los 250 “afortunados” que lograron un aut{ogragfo de memorias.
 
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