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Miles de manifestantes desfilaron ayer por España, convocados por la Cumbre Social que forman 150 organizaciones sociales y sindicales para protestar contra el desempleo, la corrupción y la austeridad. Otro de los reclamos giró en torno de las reformas políticas, siguiendo el llamado de los principales sindicatos del país. Con gritos como “Gobierno, dimisión”, el desfile madrileño recorrió el centro de la capital, reuniendo a funcionarios y empleados del transporte público, pero también médicos y enfermeras que vienen protestando, desde hace meses, en defensa de la salud pública.

Tras finalizar la manifestación de Madrid, un vocero de la Cumbre aseguró que en todo el país salieron a la calle al menos 300.000 personas; 66.000 se expresaron en Barcelona, donde tuvo lugar la marcha más numerosa, y 50.000 en la capital española. Los dos principales sindicatos españoles, Unión General de Trabajadores (UGT) y Comisiones Obreras (CC.OO.), apoyados por colectivos de ciudadanos, convocaron a manifestaciones en 60 ciudades a favor de una renovación democrática. “Nuestros problemas hoy sólo pueden ser resueltos por cambios políticos”, indicó Pilar Gómez, una enfermera de 52 años que marchó por las calles de Madrid envuelta en una bandera con los colores de la república.

“Golpean violentamente a los ciudadanos con recortes presupuestarios en la educación, la salud, los servicios sociales”, señaló además la manifestante. “Es una razón suficiente para protestar todos los días, pero debemos ser muchos más”, agregó. “Pan y techo a precio justo”, reclamaban pequeñas pancartas que aparecieron en medio de la multitud, poniendo el acento en uno de los dramas más acuciantes en la Península Ibérica: los desahucios o desalojos.

Los secretarios generales de CC.OO., Ignacio Fernández Toxo, y de UGT, Cándido Méndez, encabezaron la manifestación de la capital española. Los sindicalistas estuvieron acompañados por el coordinador general de Izquierda Unida, Cayo Lara. Cuando le tocó hacer uso de la palabra, Toxo disparó contra la política del gobierno español, encarnado en Mariano Rajoy, a la que culpó de seguir el dictado de Alemania, de estar provocando un retroceso democrático y una tormenta perfecta en términos de desempleo y de recortes sociales.

Méndez pidió que la jornada de protesta fuese una expresión de rechazo a la política del Ejecutivo porque está provocando un desempleo “brutal”.