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Pasando la gorra
El presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva recibió una avalancha de críticas por ponerse una gorra del MST en la reunión que tuvo el miércoles con líderes del movimiento. El gesto fue criticado porque, en el momento que se produjo, el MST estaba –y está– invadiendo y saqueando tierras. “Es un icono de la radicalización del MST y cuando el presidente usa su gorra, da la idea de que estimula el conflicto”, declaró el líder del partido PSDB en Diputados, Jutahy Magalhaes Junior. En su tapa de ayer, el diario O Estado de Sao Paulo, puso la foto de Lula con el gorro junto a una imagen de las milicias contratadas por los estancieros para defenderse de las invasiones. Mientras, el diario Jornal do Brasil tituló “El alto precio de una gorra” a la columna de la analista Dora Kramer. Y la Folha de Sao Paulo afirmó que “es imposible no entender el gesto como una inconveniente declaración de simpatía al movimiento”. El líder del bloque del PT en Diputados, Aldo Rebelo, salió a defender a Lula diciendo que éste respondió “a un gesto de cortesía, magnánimo de generosidad, que no transmite estímulo a la ocupación de tierras”.