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El incidente protagonizado el miércoles por Silvio Berlusconi (foto) en el Parlamento Europeo, donde comparó al diputado socialista alemán Martin Schulz con un “capo” nazi, quedó zanjado ayer tras una llamada telefónica de “Il Cavaliere” a su homólogo alemán Gerhard Schroeder. “La cuestión, en lo que respecta al gobierno federal, ha quedado cerrada”, señaló. Esa fue la forma de estrenarse del primer ministro italiano y magnate massmediático en la presidencia rotativa de la UE y nada indica que las cosas vayan a mejorar en un futuro, sobre todo teniendo en cuenta la fractura que ha representado en Europa el apoyo de Italia, España y Gran Bretaña a la guerra norteamericana contra Irak, y la propensión del primer ministro italiano al exabrupto y la barrabasada. Impávido a las críticas, Berlusconi acusó a la coalición de oposición italiana, El Olivo, de haber “preparado” la intervención de Martin Schulz. Los duros ataques del diputado socialista alemán sobre la ley de inmunidad que acaba de aprobar Italia provocaron una respuesta fulminante de Berlusconi que lo comparó a un “capo” de los campos de concentración nazis.