EL PAíS › EL GOBIERNO DECIDIRA EN 15 DIAS SOBRE EL PAMI
“Más cerca de intervenir”
Es lo que sostienen en Gobierno. Por la mañana, Daer visitó la Casa Rosada y mantuvo una reunión al respecto con el jefe de Gabinete, Alberto Fernández.
La posición de la CGT.
Por Diego Schurman
El Gobierno avanza hacia la intervención del PAMI pero aguardará al menos dos semanas antes de tomar la decisión final. Así lo confirmaron desde la Casa Rosada, poco después de la visita del titular de la CGT, Rodolfo Daer, al jefe de Gabinete, Alberto Fernández. “Cada día que pasa estamos más cerca de intervenir que de no hacerlo”, orientó a Página/12 un influyente ministro de Néstor Kirchner.
Desde hace días, el Presidente viene preparando el terreno para una intervención de la obra social de los jubilados. A través de sus hombres, explotó al máximo el largo conflicto con los barrionuevistas Domingo Petrecca y Reynaldo Hermoso, finamente desplazados ayer del directorio del PAMI. Y después hizo una seguidilla de cuestionamientos al funcionamiento del organismo.
En los últimos días se apuntó específicamente a la actividad gremial. Por un lado, se puso en la mira a la Unión de Trabajadores del Instituto (UTI) por reclamar la devolución del 13 por ciento de salario. Más allá de ser un reclamo justo, en la Casa Rosada ven la mano de Luis Barrionuevo en lo que ya imaginan como un conflicto gremial en puerta.
El Gobierno se preocupó por difundir nóminas salariales y el número de representantes sindicales en el PAMI. Y también en hacer correr con la mayor fuerza posible que en la elección del año pasado, donde se normalizó la obra social, votó apenas el 10 por ciento del padrón. O sea, que el actual directorio esgrime una dudosa representación.
Para los jefes de la CGT, más que una política de transparencia, con la difusión de los temas el Gobierno busca generar la tensión necesaria como para justificar la intervención. Si bien los sindicalistas reconocen públicamente que Kirchner tiene la potestad de ejecutar la medida, insisten en haber colaborado para que ello no suceda al desplazar a Petrecca y Hermoso de sus cargos, pese a que no había ninguna justificación legal para hacerlo.
Por ahora, cada tópico que esgrime el Gobierno por separado parece poco argumento como para anunciar la intervención. Por eso, todo indica que hasta que no se expida la Auditoría General de la Nación, que tiene 16 personas trabajando en la sede central del PAMI, no habrá mayores novedades.
Según fuentes oficiales, el informe de la AGN se conocerá a mediados de este mes y será lapidario. Kirchner llegará de Europa el viernes 18, por lo tanto podría tomar una resolución sobre el tema a la semana siguiente. Para que no haya intervención habrá que ver el margen de acción para realizar los cambios de fondo que cuente el titular del PAMI, Juan González Gaviola.
Por lo que se vio ayer en la Casa Rosada, la CGT no pondrá demasiados obstáculos. Daer se preocupó en transmitir la postura conciliadora a Fernández. En ese sentido, los dirigentes gremiales apelan a un clásico: endulzar al Presidente y castigar a sus colaboradores. Dicho en buen romance: con Kirchner la mayor condescendencia, con Gaviola ni la hora. Hace rato que caratula al mendocino como “autito chocador” por la poca diplomacia con la que se está manejando en la obra social.
Se sabe: por su propia sobrevida, la CGT prioriza la negociación. Y mucho más con un Presidente de signo peronista y con apenas un mes en el poder. Eso se notó en las palabras que Daer le dedicó a Kirchner. “Con los actos que viene desarrollando, devolvió las esperanzas y las utopías al pueblo”, dijo ayer al concluir la reunión con el jefe de Gabinete.
Es por eso que el titular de la CGT insistió en armar una reunión con Kirchner en base a una agenda amplia, que trascienda el PAMI y que reinstale a los cegetistas como interlocutores cuando de política de ingresos y de empleo se trate. Para no perder tiempo, ayer mismo Daer manifestó la necesidad de un incremento de los haberes jubilatorios y la incorporación de los 200 pesos no remunerativos al salario. A pesar de la buena voluntad, el titular de la CGT se fue de la Casa Rosada sin promesas de un encuentro inminente con Kirchner.