Jueves, 5 de septiembre de 2013 | Hoy
EL MUNDO › SUMA APOYOS LA JORNADA DEL SABADO CONTRA LA GUERRA EN SIRIA
En Italia, personalidades católicas, no creyentes y de otras religiones dieron su respaldo a la jornada de ayuno que impulsa el Papa. Entre ellos el prestigioso investigador Umberto Veronesi y los mandatarios Maduro y Morales.
Por Elena Llorente
Desde Roma
A la jornada de plegaria y ayuno lanzada por el papa Francisco contra la guerra en Siria y en Medio Oriente, el pontífice quiere arrastrar no sólo a los católicos y a los cristianos, sino a todas las religiones e inclusive a los ateos. A nadie se le preguntará el color de su camiseta el sábado, cuando miles de personas se empiecen a reunir en la plaza de San Pedro, lugar de la cita en Roma. El momento de la plegaria comenzará recién por la tarde, en torno de las 19 horas, y el Papa hablará a los presentes poco después.
Ayer, día de la primera audiencia general después de las vacaciones de agosto, Francisco recordó su viaje a Brasil, para la Jornada Mundial de la Juventud, en julio pasado, pero sobre todo volvió insistentemente sobre el tema de la guerra. “El sábado próximo viviremos juntos una jornada especial de ayuno y oración por la paz en Siria y Medio Oriente –dijo a los más de 50.000 fieles reunidos en la plaza de San Pedro–. Renuevo la invitación a toda la Iglesia a vivir intensamente este día y, desde ahora, expreso mi agradecimiento a los otros hermanos cristianos, a los hermanos de otras religiones y a los hombres y mujeres de buena voluntad que quieren unirse, en los lugares y en los modos que les son propios, a este momento. ¡Que se alce fuerte en toda la Tierra el grito por la paz!”.
En Italia, personalidades católicas, no creyentes y de otras religiones han dado su apoyo a la jornada de ayuno. Entre ellos, uno de los más prestigiosos investigadores sobre cáncer del país, Umberto Veronesi, que a su vez ha invitado a todos los miembros de Science for Peace, la fundación que dirige, de la cual forman parte veintiún premios Nobel. “El ayuno como protesta es laico. Es la contestación a un mundo de consumismo que ignora la solidaridad”, dijo Veronesi a la prensa italiana. Pero el papa Francisco ha recibido la adhesión también de la canciller italiana, Emma Bonino, y del ministro de la Defensa italiano, Mario Mauro, que ha prometido estar en la plaza el sábado.
En América latina han dado su adhesión a la jornada de ayuno el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, y el de Bolivia, Evo Morales, que se encuentra en Europa y mañana será recibido por el papa Francisco en el Vaticano. Pero también lo han dado algunos máximos exponentes del Islam, como el Gran Mufti de Siria, y de la Iglesia ortodoxa, como el arzobispo metropolita de Jazirah y Eufrates, además de políticos italianos, actores, deportistas y exponentes de la comunidad musulmana, entre muchos otros. Para informar sobre los detalles de la jornada e incitar indirectamente a los gobiernos por lo visto a dar su apoyo, el Vaticano ha convocado a todos los embajadores acreditados ante la Santa Sede para una reunión informativa sobre la Jornada de la Paz hoy en el Vaticano.
La jornada de ayuno y oración, que se reproducirá en todas las diócesis católicas del mundo, pretende ser un llamado de atención al mundo político, especialmente de los grandes países como Estados Unidos y Francia, que tienen intenciones de atacar Siria como represalia por el uso de supuestas armas químicas. Armas químicas sobre las cuales los investigadores de Naciones Unidas, que dejaron Siria hace menos de una semana, todavía no se han manifestado oficialmente. Es decir, pese a lo que digan algunos países, los expertos no han dicho todavía si en el suburbio de Ghouta el 21 de agosto se usaron o no armas químicas contra la población y cuál era su proveniencia. Y Ban Ki-moon, el secretario general de Naciones Unidas, lo ha dicho claramente: “Sin la autorización de la ONU sería una acción ilegal”. Pero los países poderosos confían en su impunidad, tal como hicieron al programar el ataque a Irak, en 2003, que tampoco contó con el aval de la ONU.
No es la primera vez que un pontífice llama a una jornada por la paz. Lo hizo Juan Pablo II después del atentado contra las Torres Gemelas en 2001. Tampoco es la primera vez que el papa Francisco se lanza contra la guerra en Siria. “Con particular firmeza condeno el uso de armas químicas”, dijo en Twitter el pasado martes. Antes había subrayado, siempre por esa red social: “Queremos que en esta sociedad destrozada por divisiones y conflictos, estalle la paz”. El Twitter del papa Francisco, escrito en nueve idiomas, ha superado en pocos meses los 9 millones de seguidores, la mayoría, 3,6 millones, en español y casi 3 millones en inglés.
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