Jueves, 5 de septiembre de 2013 | Hoy
ECONOMíA › LA PRESIDENTA CONFIRMO QUE EXPONDRA ANTE EL G-20 SU PREOCUPACION POR EL COMPORTAMIENTO NOCIVO DE LOS HOLDOUTS
Cristina Fernández reveló además que los representantes argentinos se toparon con la resistencia de Estados Unidos a incluir una declaración de condena a los buitres en el documento final de la cumbre. “Pese a esa negativa vamos a plantear el tema”, sostuvo.
Por David Cufré
Desde San Petersburgo
El gobierno argentino trasladó a esta ciudad su disputa con los fondos buitre. La presidenta Cristina Fernández de Kirchner confirmó ayer que expondrá ante los líderes del G-20 su preocupación por el comportamiento nocivo de esos fondos especulativos para la economía internacional. Como anticipó Página/12, ése es uno de los temas centrales de su agenda para la cumbre de mandatarios que empieza hoy y termina mañana en la imponente ciudad rusa a orillas del mar Báltico. Sin embargo, la Presidenta reveló que los representantes argentinos se toparon con la resistencia de Estados Unidos a incluir una declaración de condena a los buitres en el documento final de la cumbre. “Pese a esa negativa vamos a plantear el tema, porque los fondos buitre nos aquejan a todos, no solamente a nosotros”, remarcó CFK, quien hablará del asunto en las sesiones plenarias y también en las reuniones cara a cara con sus pares de Rusia, China, India, Japón, Sudáfrica y con el titular de la Organización Mundial de Comercio (OMC). La segunda definición de importancia que entregó la jefa de Estado al pie del Tango 01, tras su arribo a San Petersburgo, fue su rechazo a una intervención militar unilateral en Siria. “Nadie quiere la guerra, como lo dijo el Papa y nosotros como miembros del Consejo de Seguridad de la ONU. No creemos que las muertes se solucionen con más muertes. Es una incoherencia total”, fustigó.
Cristina Kirchner volvió a hablar con la prensa argentina en una cumbre del G-20 después de más de tres años. Estaba animada, de buen humor y dispuesta a conversar pese a que a su lado los severos agentes de seguridad rusa discutían con sus pares argentinos para que abandonaran rápido la pista, pues en ese momento estaba aterrizando el avión del presidente de la India. CFK siguió adelante, con sus anteojos negros y un colorido ramo de rosas en la mano que le había regalado minutos antes un funcionario del gobierno local en nombre de Putin. “Es un G-20 muy especial. Nos causa mucho agrado estar en una ciudad tan histórica como San Petersburgo. Pero estamos en una situación complicada, grave, por la crisis en Siria y la seguridad en Medio Oriente, y en realidad, en el mundo”, interpretó. “De estas cosas tenemos que hablar en términos civilizados, sin posiciones ideologizadas, porque la muerte no tiene ideología. Los seres humanos mueren cualquiera sea su pensamiento, su religión, su credo, producto de guerras injustas, guerras que tienen que ver con cuestiones de poder, y éstas son las cosas que también tenemos que plantear con los líderes del G-20”, completó la Presidenta.
Esa posición choca con el objetivo político número uno en este momento de Barack Obama. La Argentina, Brasil y la Unasur en conjunto manifestaron la semana pasada su oposición a un ataque a Siria, pero para el gobierno de CFK significa un segundo punto de diferenciación con Estados Unidos. El otro es el que refiere a la pelea con los fondos buitre. La Casa Rosada esperaba que la Casa Blanca realizara una presentación de apoyo a la Argentina ante la Justicia de su país, rechazando la pretensión de los buitres de cobrar el ciento por ciento de lo que reclaman. Sin embargo, hasta el momento no se produjo, y aunque la posibilidad sigue abierta ante la Corte Suprema, los gestos que está enviando Washington no dan para alentar esperanzas. Cristina Kirchner incluso reconoció ayer que Estados Unidos se niega a incluir una declaración de condena a los fondos especulativos en el documento final del G-20.
“Vamos a tratar el tema de los fondos buitre pese a que hubo una negativa de Estados Unidos a que se mencionara específicamente en el documento final. Pero lo vamos a plantear, porque no es un tema que nos aqueje solamente a nosotros. Recién venía leyendo en el avión un artículo en el diario sobre la situación en Grecia, donde el gobierno autorizó a vender alimentos vencidos para abaratar costos: queso, yogur, leche. E informaba que más de un millón de empleados públicos hace casi un año que no cobra el sueldo, pero igual va a trabajar por temor a perder el empleo. Estas cosas son las que tenemos que debatir, y también sobre los fondos buitre, que son los que se aprovechan de los países próximos a defoltear como nos pasó a nosotros”, se explayó. Ese será el argumento central que levantará la Presidenta ante sus pares del G-20: que la cuestión de los buitres excede a la Argentina y es un problema para la economía internacional. El precedente de que los fondos especulativos pueden eludir las reestructuraciones voluntarias de deuda y aspirar a cobrar todo lo que demandan por decisión judicial conspira contra futuras renegociaciones.
“A Grecia le pasó lo mismo, y de otro modo también a España y Portugal. En España, los fondos hicieron un trabajo muy similar al que hicieron con Argentina; viendo que el país no podía pagar una deuda, y que iba a defoltear, compraron bonos basura a precios basura y luego iban a pretender cobrar la totalidad”, describió. “Grecia va por su tercer pedido de reestructuración de deuda con importantes quitas y todavía no puede pagar, y a nosotros, que hicimos una reestructuracion con quita que comprende al 93 por ciento y que venimos pagando desde 2005, nos castigan. Estas cosas las vamos a plantear no solamente por nosotros, los argentinos, sino por el resto del mundo”, insistió la jefa de Estado.
Después de su arribo a esta ciudad, la Presidenta dedicó el día a preparar los temas que llevará mañana a las reuniones bilaterales y luego a las sesiones plenarias. Su primera actividad en el G-20 será a las cuatro de la tarde hora local –siete menos en la Argentina–, que consistirá en el saludo protocolar con el anfitrión, Vladimir Putin. Una hora más tarde tendrá lugar la primera audiencia de todos los mandatarios, mientras que a las ocho de la noche habrá una cena de trabajo también con todos los presidentes y a las diez un show musical y fuegos artificiales en el Peterhof Museum. Tal vez para esa hora la tensión internacional por Siria, y en el caso argentino por los fondos buitre, haya tomado más calor que los fuegos que se lanzarán al aire.
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