EL MUNDO › LUIS ALBERTO SPINETTA PRESENTO “PARA LOS ARBOLES”

Spinettalandia ciudad abierta

El músico más influyente de la historia del rock argentino adelantó canciones de su nuevo disco, se quejó abiertamente de una crítica y prometió una segunda entrega de su trabajo a dúo con Fito Páez.

 Por Esteban Pintos

El nuevo disco de Luis Alberto Spinetta, uno de los acontecimientos culturales del año, tuvo anoche su estreno social en una curiosa velada que incluyó un show con cuatro de las nuevas canciones (“Sin abandono”, “Ciénaga dorada”, “Agua de la miseria” y “Yo miro tu amor”) más una del doble Los socios del desierto (“Las olas”), a las que siguió un diálogo del artista con el periodismo, llamativo por cierto, sobre todo si se tiene en cuenta que Spinetta se mantiene –por decisión propia, desde hace más de una década– lejos del calor de los medios. Antes, durante y después de la presentación de Para los árboles –un cd con 12 canciones, desde hoy a la venta en kioscos y disquerías–, realizada bajo la coordinación de un notorio RR.PP. de la noche porteña y auspiciada por un aperitivo, en donde abundaron cámaras de programas “divertidos” de la televisión de aire y cable (“Ardetroya”, “Mar de fondo” y otros), flotó un tema casi excluyente: Spinetta y la crítica. Entre periodistas, actores, futbolistas, familiares, músicos, estrellitas y estrellados, el artista hizo saber su descontento con los términos de la crítica aparecida el miércoles en el diario Clarín, firmada por el periodista-letrista Pablo Schanton. A él se refirió cuando habló de alguien que “escribe bien, pero tiene la cabeza llena de mierda”, recomendándole más adelante “ir al casting de una telenovela con Celeste Cid”, o mencionándolo como poseedor de un “cerebro infradotado, con falta de imaginación y sensibilidad”. “Amarillista y masturbeño (sic)”, calificó en otro momento. Más adelante en su exposición, siempre relajada y matizada con algunos chistes y otras gracias propias de un carisma y gracia únicos, reconoció que le había parecido “una muy buena crítica”, sin embargo. Así y todo, Spinetta afirmó sentirse “un mimado de la crítica. Por eso ¿cómo me va a molestar? Pero al menos aspiro a que una crítica sea porcentualmente similar al laburo de un artista. No se puede escribir cinco minutos y hacer mierda un trabajo de meses.” “Soy permeable a lo que digan o piensen”, concluyó.
Con todo, o a pesar de sus berrinches, el músico más influyente de la historia del rock argentino –según la encuesta que publicó en 2001 el suplemento No de Página/12– dejó otras respuestas y precisiones bien interesantes. Mencionó un libro de Carlos Castaneda con inspiración para el título de neto corte ecologista-espiritual de su disco: “Según cuenta Castaneda, en la tradición de los toltecas, los árboles son aquellos brujos que –parecen argentinos– eligieron el camino más corto y fácil para lograr la trascendencia y, como si fuera un castigo, quedaron transformados en árboles. A mí me gusta pensar que los árboles son guerreros que equivocaron el camino”, dijo. Antes, en una pausa entre canción y canción había dicho de los árboles: “Son diezmados sin piedad, pero nadie escucha sus lamentos”.
La historia en la concreción de Para los árboles, el disco que sigue en este siglo a Silver Sorgo y el grabado en vivo Obras en vivo, tuvo sus dificultades en el camino. Cinco canciones se “perdieron” del disco duro de una computadora y debieron ser grabados nuevamente, atrasando las intenciones de lanzamiento, desde fines de 2002 hasta este momento. También adelantó que el disco será presentado el 19 o 20 de septiembre en el teatro Gran Rex. Y se refirió a la posibilidad de la grabación de una segunda parte del doble La la la, realizado junto a Fito Páez. “Será triple”, dijo, mitad en serio, mitad en broma. No fue todo: anunció que muy pronto el sitio de internet spinettacual.com.ar (“todos los otros nombres posibles, Spinetta, Luis Alberto Spinetta, Spinettalandia, están ocupados. Entonces, esto es: Spinetta ¿cuál? Este, o sea yo”, soltó y generó carcajadas) otorgará la posibilidad de acceder a sus dibujos, otros trabajos artísticos de su autoría y misceláneas, escritas de puño y letra.
Antes de las palabras, hubo música. Con una banda integrada por Claudio Cardone en teclados y programaciones, Daniel Wirtz en batería, Nico Cota en percusión, Javier Malosetti en bajo y Baltasar Comotto en guitarra,Spinetta mostró algo de lo que va Para los árboles. Canciones reposadas, plenas de imágenes propias de una cosmovisión spinetteana de la vida. Una canción como “Ciénaga dorada” resume la sensación: es la mirada –oblicua, levemente esmerilada– que el autor se guarda de la realidad. De una realidad entendida, en este caso, como una sucesión de pequeñas imágenes urbanas, que de alguna manera vienen a emparentar esta canción contra otra magnífica de su autoría, “Resumen porteño” del disco de Spinetta Jade Bajo belgrano. “Cienaga dorada” es una historia de amor nunca concretada, solo deseada en la profundidad del ser. Junto con “Cisne”, entre funk blanco a medio tiempo y alguna que otra descarga eléctrica, se trata de las mejores canciones de un disco que lo eleva bastante por encima del promedio más reciente, dentro de una obra única, rica, inmensa. Como su autor.

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Spinetta tocó cuatro canciones de “Para los árboles”, su tercera grabación del siglo XXI.
 
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