Miércoles, 9 de octubre de 2013 | Hoy
EL MUNDO › EL MANDATARIO NORTEAMERICANO ADVIRTIó SOBRE EL CAOS DE UN DEFAULT PROVOCADO POR LOS REPUBLICANOS
En conferencia de prensa, Barack Obama dijo que un default de Estados Unidos sería como “una bomba atómica para la economía”. Ofreció a la oposición conservadora negociar para tratar de enfrentar los problemas fiscales.
El presidente estadounidense, Barack Obama, advirtió ayer que un default de su país será como una bomba nuclear que desatará un caos económico demencial y catastrófico en todo el mundo. En conferencia de prensa, el mandatario dijo que está dispuesto a negociar con la oposición republicana sobre cualquier aspecto de política económica o doméstica, pero siempre y cuando el Congreso apruebe un aumento del techo de la deuda antes del 17 de octubre, así como una ley de presupuesto. Obama también presionó a los republicanos para que permitan una reapertura del gobierno sin condiciones y empezar luego negociaciones para tratar de solucionar todas las cuestiones fiscales que el país enfrenta en el largo plazo.
El mandatario demócrata convocó una conferencia para abordar los dos mayores problemas que atraviesa actualmente Estados Unidos: el cierre del gobierno iniciado hace ocho días por falta de una ley de presupuesto y el peligro de que el Congreso no acuerde un aumento del techo de la deuda antes del vencimiento del plazo. Obama describió las consecuencias que tendría un default de Estados Unidos citando a economistas que sostienen que causará un caos en las finanzas del país y del mundo entero.
Destacó la opinión del gurú de las inversiones Warren Buffet y parafraseó su advertencia de que una cesación de pagos norteamericana sería como una bomba nuclear económica, justo en momentos en que el mundo intenta dejar atrás de forma definitiva la recesión iniciada en Estados Unidos en 2008. Las posibilidades de un default desvelan a los acreedores externos estadounidenses y a los organismos internacionales como el FMI.
“Lo que podría decirse si hubiera un problema para elevar el techo de la deuda es que una recuperación se convertiría en una recesión o incluso en algo peor”, señaló el economista en jefe del FMI, Olivier Blanchard. El presidente se negó a entrar en detalles de sus conversaciones con los líderes de China y Japón, principales tenedores de la deuda estadounidense. “Obviamente, mi mensaje al mundo es que Estados Unidos siempre ha pagado sus facturas y lo hará de nuevo”, apuntó.
Por otra parte, Obama pidió a la oposición llegar a un acuerdo sin chantaje y recordó que la democracia no funciona como extorsión. Los republicanos condicionan la aprobación de una ley de presupuesto a una demora en la aplicación de la ley de reforma de salud promulgada por Obama en 2010, y exigen recortes de gasto como contrapartida para votar el aumento del techo de la deuda, condiciones que el mandatario volvió a rechazar.
El presidente argumentó que en la Cámara de Representantes, donde los republicanos tienen mayoría, están los votos necesarios para aprobar un presupuesto temporario sin las precondiciones republicanas. Presionado por el sector más conservador de su partido, especialmente el movimiento Tea Party, el presidente de la Cámara baja, el republicano John Boehner, negó que estén esos votos y hasta ahora se niega a someter la medida a votación.
En la conferencia de prensa, Obama dijo a los republicanos que no se puede hacer de la extorsión una rutina. Además, el presidente confirmó que por la mañana había telefoneado a Boehner para transmitirle de nuevo su disposición a negociar sobre cualquier aspecto de política económica o doméstica, pero siempre y cuando el Congreso desbloquée antes el cierre federal y permita el aumento del techo de la deuda.
Sin embargo, Boehner adoptó un tono más conciliador que el expuesto días atrás y comentó su conversación con Obama. “Aquí no hay límites. No hay nada sobre la mesa, no hay nada fuera de la mesa”, dijo Boehner luego de una reunión con congresistas republicanos, sin hacer ninguna mención a las exigencias de su partido sobre la ley de salud para aprobar el presupuesto ni a los recortes para elevar el techo de la deuda.
A la salida, Boehner y otros congresistas presentaron una nueva propuesta para terminar con la paralización parcial de la administración y para aumentar el techo de la deuda, consistente en crear una comisión bipartidista para tratar de llegar a un acuerdo en ambos aspectos. La propuesta, rápidamente rechazada por los demócratas de la Cámara de Representantes, podría ser votada en la Cámara baja junto a un proyecto de ley destinado a pagar a los empleados considerados como esenciales que siguen trabajando para el gobierno federal, pese a la falta de fondos.
Por su lado, los demócratas del Senado presentarán una ley que aumenta el nivel de la deuda, pero no incluye cambios políticos o recortes demandados por los republicanos. El líder de la mayoría demócrata en el Senado, Harry Reid, podría presentar la normativa esta semana. Los demócratas sólo necesitan que seis senadores republicanos voten junto con ellos para que se apruebe la medida. Si el Senado aprueba la iniciativa esto aumentaría presión sobre la Cámara de Representantes controlada por los republicanos. Sin embargo, aún no se sabe cuánto podría tardar en producirse el incremento de la deuda que podría ser de al menos un año o incluso extenderse tras la elección de 2014.
Este lunes, Obama insistió en que no negociaría bajo la amenaza de un cierre prolongado hasta que los republicanos obtengan todo lo que quieren o bajo la amenaza de una catástrofe económica. Fue la respuesta a Boehner, que el domingo había asegurado que no habría un incremento en el límite de la deuda ni terminaría el cierre del gobierno hasta que Obama y los senadores demócratas negocien con los republicanos un acuerdo amplio.
Los demócratas del Senado deberán considerar si aceptan las dos propuestas, o por el contrario continúan defendiendo su postura de aprobar una ley de financiación temporal global, sin condiciones políticas añadidas. Pero los republicanos del Tea Party insisten en que un acuerdo para elevar la deuda debe incluir reducción del déficit, lo que bajaría costos de programas como Medicare, Medicaid y la seguridad social. El secretario del Tesoro, Jack Lew, declaró que si no se llega a un acuerdo, Estados Unidos se quedará sin su capacidad para pedir prestado el 17 de octubre y con sólo 30.000 millones de dólares en efectivo para cumplir con sus obligaciones.
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