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Los principales partidos alemanes, las uniones Demócrata y Socialcristiana –CDU y CSU, respectivamente– y el Partido Socialdemócrata (SPD), sellaron un pacto de gobierno. Angela Merkel será investida hoy en el Bundestag (Cámara baja) para que cumpla su tercer mandato consecutivo. “Una gran coalición es una coalición para grandes tareas”, proclamó Merkel, quien destacó el buen clima de las cinco semanas de negociaciones con los socialdemócratas que derivaron en un documento de 185 páginas con importantes reivindicaciones del SPD, entre ellas el establecimiento de un salario mínimo. La ceremonia tuvo lugar un día después de confirmarse los nombres del equipo de gobierno (cinco carteras para la CDU, además de la cancillería, seis para el SPD y tres para la CSU).

El presidente del SPD, Sigmar Gabriel, celebró el acuerdo, que fue validado por las bases de su partido en un referéndum, un hecho inédito en Alemania. Y destacó que estaba dirigido a la gente de a pie. “La política consiste siempre en llegar a soluciones de compromiso. Pero los compromisos con los socialdemócratas son los mejores”, dijo Gabriel, citando al legendario líder socialdemócrata y ex canciller Willy Brandt.

La CDU de Merkel y su hermana bávara, el CSU, arrasaron en los comicios generales de septiembre, pero quedaron a cinco escaños de la mayoría absoluta, por lo que se vieron forzadas a buscar socio de gobierno después de que el Partido Liberal, anterior aliado, quedara fuera del Parlamento. La CDU negoció con el SPD, que se erigió en segunda fuerza, la formación de una “gran coalición” como la que gobernó entre 2005 y 2009 y la tercera en la historia de Alemania.

El acuerdo de coalición fue sometido a la votación de las bases de la socialdemocracia y aprobado por gran mayoría el fin de semana, lo que constituía el último escollo para que Merkel se presente hoy a elección del Parlamento, donde se espera que consiga la mayoría absoluta necesaria. Conservadores y socialdemócratas reúnen un 80 por ciento de las bancas del Bundestag, una aplastante mayoría que desató las alarmas en la diminuta oposición de La Izquierda y Los Verdes, que reclaman más derechos para garantizar el buen funcionamiento de la democracia parlamentaria.

Sectores de la poderosa industria alemana advirtieron ayer al nuevo gobierno sobre los problemas que implicaría incrementar las cargas impositivas de las empresas. “Hay que velar porque no sigan aumentando los costos para la industria y los ciudadanos”, dijo el presidente de la Cámara de Industria y Comercio de Alemania, Eric Schweitzer, al diario Die Welt.

El presidente de la Asociación de Empresas Medianas Alemanas, Mario Ohoven, criticó que el Partido Socialdemócrata, socio menor de la coalición de Merkel, ocupe ministerios clave como el de Economía y Energía y el de Trabajo y Asuntos Sociales. “Esto va a costar caro a las empresas”, señaló en declaraciones al diario Handelsblatt. Este nuevo gabinete presenta pocas nuevas incorporaciones en los puestos principales, ya que incluso dos ministros del SPD pertenecieron ya a la primera gran coalición.