Ariel Sharon fue enterrado ayer en su granja del desierto meridional del Neguev, en una ceremonia militar celebrada bajo estrictas medidas de seguridad en la que participaron militares, políticos, dignatarios extranjeros y familiares. El sepelio lo encabezó el jefe del Estado Mayor, Beny Gantz, quien junto a los dos hijos de Sharon, Gilad y Omri, pronunciaron discursos en recuerdo del ex primer ministro israelí. “Arik (nombre con el que era conocido popularmente Sharon) el comandante. Los títulos que te han dado a lo largo de los años han sido muchos, pero creo que el de ‘comandante’ es el que mejor te describe”, subrayó Gantz. Luego depositaron una ofrenda floral en su tumba antes de que el féretro, en todo momento cubierto con la bandera israelí, fuera sepultado por la tierra arrojada a la fosa por ocho generales de la cúpula del ejército. Los restos de Sharon, enterrados poco después de las 15 hora local (10 de la Argentina), fueron sepultados según el rito judío junto a los de su esposa Lili, fallecida en el año 2000, en la Colina de las Anémonas, parcela aledaña a la Granja de los Sicomoros, cerca de la Franja de Gaza.