EL MUNDO
Crónica de una muerte y un final de tregua de alto al fuego anunciados
Israel respondió al atentado suicida del martes con la muerte de un líder de Hamas. A su vez Hamas, la Jihad y las Brigadas Al Aqsa rompieron la tregua y anunciaron vengarse.
Fue en represalia por el atentado del martes en Jerusalén que causó la muerte a 20 personas. En un ataque aéreo, Israel mató ayer al dirigente número tres del grupo extremista palestino Hamas, Ismail Abu Shanab. Inmediatamente, los tres grupos radicales palestinos, Hamas, Jihad y las Brigadas de los Mártires de Al Aqsa, declararon el fin de la tregua firmada el 29 de junio. “Responsabilizamos al enemigo sionista por las consecuencias de este crimen”, dijo Ismail Haniya, representante de Hamas. “La tregua ha terminado”, agregó por si habían quedado dudas. Mientras, la Autoridad Palestina (AP) congeló la ola de arrestos de militantes islámicos que había anunciado el miércoles tras el atentado. “Todo ha cambiado después de la decisión de Israel de asesinar a Abu Shanab”, dijo Elías Zananiri, vocero del ministerio palestino de Asuntos de Seguridad.
Un escuadrón de aviones caza y helicópteros Apache eliminó al tercer líder más importante de Hamas, Ismail Abu Shanab, y a sus dos guardaespaldas, Mohamed Baroud, de 24 años, y Hani Majed Abu Amrain, de 23. En el momento del ataque, los tres viajaban en un auto por Gaza. Los cinco misiles disparados desde un caza F-16 que los mataron provocaron además una cadena de explosiones que hirieron a otros 19 palestinos. Horas antes, el Ejército israelí había lanzado una ofensiva por tierra y aire en las tres ciudades que ocupa en Cisjordania, Nablus, Tulkarem y Jenín. Allí mató a dos chicos de 15 y 16 años, hirió a tres personas y arrestó a otras trece.
Cuando se conoció la noticia de la muerte de Abu Shanab, miles de seguidores de Hamas y Jihad se concentraron ayer a la tarde frente a la casa del líder, en el barrio Shej Raduán, en Gaza, para pedir venganza. Los manifestantes criticaron al primer ministro palestino Mahmoud Abbas, que ayer ordenó una ola de arrestos contra estos dos movimientos islámicos luego del atentado de Jerusalén e incluso amenazó con su renuncia. Haniya fue más lejos: “Si lo que quiere Abbas es poner fin a la Intifada, entonces mejor que renuncie y abandone los territorios palestinos”, amenazó. La Intifada es la resistencia popular palestina, que empezó en septiembre de 2000. Aparentemente, Haniya y otros dirigentes islámicos han pasado a la clandestinidad por miedo a convertirse en blanco de la política de “asesinatos selectivos” de Israel. Mientras, el activista de Jihad, Khaled Al Batesh, dijo que “con el asesinato de Abu Shanab, el premier israelí Ariel Sharon puso fin a la tregua y anunció su muerte”.
En Ramala, el primer ministro condenó el asesinato de Abu Shanab y dijo que “esta ofensiva israelí pone en peligro las medidas que la Autoridad Palestina decidió para restringir la autonomía de las milicias”. El hecho de que Israel siga la escalada militar “debilita los esfuerzos de la Autoridad Palestina por calmar la situación entre los palestinos”, sostuvo el ministro de Información, Abil Namer. Por su parte, Elías Zananiri, vocero del ministro de Asuntos de Seguridad, Mohamed Dahlan, dijo que la AP ha aplazado la ola de detenciones que su gobierno había decidido el miércoles. “Las fuerzas de seguridad bajo el mando de Dahlan tenían las listas de los activistas y dirigentes de Jihad y Hamas y estaban preparadas para entrar en acción ayer a la noche”, aseguró Zananiri. “Pero se ha congelado el proceso por la decisión estúpida de Israel de asesinar a Abu Shanab”, sostuvo con bronca.