Casi sobre el cierre de la campaña para las elecciones presidenciales del domingo, el mandatario de Colombia, Juan Manuel Santos, que busca su reelección, anunció ayer que demandará al jefe de la oposición, su antecesor Alvaro Uribe, quien lo había acusado de haber recibido un aporte de dos millones de dólares del narcotráfico para su campaña de 2010. El episodio fue uno de los más fuertes en la campaña sucia que antecedió a los comicios de mañana, y que llevó a que recién el jueves los candidatos se decidieran a ir a un debate. “Esto no puede quedar así en el aire y esta acusación no puede quedar impune. No puede ser que una persona que fue presidente de la República, por pura estrategia política, haga semejante acusación y luego no presente las pruebas”, dijo Santos, en alusión a la negativa de Uribe a presentar pruebas.

“Decir que ingresó ese dinero a mi campaña es una acusación temeraria. Todavía estoy esperando que muestre las pruebas, porque el país no puede quedar con ese manto de duda”, agregó el mandatario en declaraciones a Radio Caracol. La denuncia contra Santos se produjo hace dos semanas. Uribe, que gobernó de 2002 a 2010 y fue el principal impulsor de la candidatura de Santos hace cuatro años, se refirió al caso pocas horas después de que un escándalo empezara a afectar la campaña del postulante de su partido, Centro Democrático, Oscar Iván Zuluaga.

La Fiscalía General arrestó a un hacker acusado de espiar a los delegados del gobierno y de las FARC en las negociaciones que las partes cumplen en Cuba, con el presunto objetivo de sabotear los diálogos de paz, de los que el uribismo es enconado opositor. El caso se convirtió en un escándalo al establecerse que el hacker trabaja en el equipo de redes sociales de la campaña del Centro Democrático.

En respuesta, el ex presidente denunció entonces que unos dos millones de dólares de narcotraficantes ingresaron a la campaña que en 2010 llevó a la presidencia a Santos. La fiscalía citó tres veces a Uribe para que formalice su denuncia y presente las evidencias que afirmó tener, pero éste se niega a hacerlo con el argumento de que el fiscal general, Eduardo Montealegre, lo ha prejuzgado al criticar a quienes no están de acuerdo con las negociaciones de paz.

Sobre esta campaña sucia, protagonizada principalmente por los equipos de Unidad Nacional (Santos) y Centro Democrático (Zuluaga), se centró parte del debate del jueves. Transmitido en horario central por el Canal RCN como parte de una alianza de medios, tuvo momentos tensos, pero fue menos áspero de lo esperado luego de tanto intercambio de acusaciones. Ambos candidatos hegemonizaron la primera parte del debate, ya que la mayoría de los sondeos los ubica en un empate técnico, tanto en la elección del domingo como en la inevitable segunda vuelta convocada para el 15 de junio, en pleno desarrollo del Mundial de Fútbol de Brasil.

Santos aprovechó su primera réplica para cuestionar a Zuluaga por el escándalo que ha sacudido su campaña tras descubrirse sus vínculos con el pirata informático Andrés Sepúlveda, detenido por la fiscalía y acusado de interceptaciones ilegales. “¿Por qué no le dice la verdad al país, por qué sigue evadiendo esa verdad?”, preguntó a Zuluaga, quien en los últimos días estuvo desaparecido de la escena política mientras crecía el escándalo por su implicación con Sepúlveda, documentada en un video divulgado por la prensa.

“Siempre he estado dentro de la legalidad, no tengo que recurrir a nada distinto a la ley para poder fijar mis posiciones”, afirmó Zuluaga para argumentar que sus enconadas críticas al proceso de paz que se lleva a cabo en Cuba son conocidas y no necesita de la información de inteligencia obtenida por el pirata. Pero ese video, según informó hoy la fiscalía, fue peritado por su Cuerpo Técnico de Investigación, que determinó que “es original y no presenta alteración alguna”.

Tras los cruces entre Santos y Zuluaga, los otros tres candidatos, Enrique Peñalosa, de la Alianza Verde; la izquierdista Clara López, del Polo Democrático Alternativo, y Marta Lucía Ramírez, del Partido Conservador, entraron en la discusión, pero para el otro tema de la noche: el proceso de paz. “Es una lástima que las negociaciones en La Habana se utilicen para las campañas”, expresó el candidato verde en una crítica a Santos y Zuluaga. López pidió “que llegue a la presidencia alguien que pueda actuar con serenidad”; definió la paz como “el bien supremo” por el cual trabajará si gana y enfatizó en la educación como “el gran cambio que necesita Colombia”. De Ramírez, lo más destacado fue su reclamo a las FARC para que demuestren voluntad de paz, para lo cual deben “suspender el reclutamiento de niños y acciones terroristas contra la población civil”.

En tanto, la canciller María Angela Holguín, expresó que confía en que no sea necesario una segunda vuelta. “El domingo tendremos un resultado para ver si vamos a segunda vuelta, pero estoy confiada en que no”, dijo la ministra a su llegada a una reunión de cancilleres de la Unasur, que se celebra en Puerto Ayora, en el archipiélago ecuatoriano de Galápagos. De los 32,9 millones de colombianos con derecho a voto, 17,1 son mujeres y 15,8 hombres, mientras que 559.952 ciudadanos están censados en alguno de los 217 consulados en el exterior habilitados para la ocasión. En caso de que ningún candidato alcance el 50 por ciento más uno de los sufragios, los dos candidatos más votados se disputarán la presidencia el 15 de junio en una segunda vuelta.