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Desde Washington *

Estados Unidos va a necesitar “varias decenas de miles de millones de dólares” para continuar su labor de reconstrucción de las infraestructuras económicas y sociales de Irak y tendrán que ser los contribuyentes estadounidenses y los gobiernos extranjeros los que paguen la factura. Al menos así consta en los planes del administrador civil en el país, el estadounidense Paul Bremer, que ayer fue taxativo al respecto: “Es casi imposible exagerar” con respecto a las necesidades económicas del país, señaló en una entrevista concedida al The Washington Post. Mientras, dos soldados norteamericanos murieron y tres resultaron heridos en nuevos ataques en Bagdad y Faluja, en el oeste de Irak.
Como botón de muestra, Bremer cifró en 2000 millones de dólares el costo de proveer electricidad a los iraquíes al día de hoy, mientras que llevar agua corriente a sus casas obligará a desembolsar 16.000 millones en los próximos cuatro años. Al costo total de la reconstrucción hay que sumarle los 4000 millones de dólares que le cuesta al Pentágono cada mes el despliegue militar en Irak.
Para hacer frente a este agujero negro que amenaza con absorber los recursos económicos de su gobierno, George W. Bush planea presentar una petición “de enorme cuantía” al Congreso con la que dotar a su misión en Irak, a la que se le está acabando el dinero. Bush ya solicitó en primavera una inyección de 74.700 millones de dólares para la reconstrucción del país. La Casa Blanca confirmó ayer que solicitará el próximo mes al Congreso estadounidense varios miles de millones más para la reconstrucción de Irak. Pero la portavoz Claire Buchan dijo que es “demasiado pronto” para indicar cuánto dinero “extra” será necesario para enfrentar los gastos en Irak y cuánto se solicitará al Congreso. Fuentes del Departamento de Estado apuntaron que el gobierno podría pedir al Congreso entre 2000 y 3000 millones de dólares para la reconstrucción en Irak.
Bush tiene sin duda en mente en estos momentos el caso de su padre, que perdió las elecciones en 1992, poco después de haber ganado la primera guerra del Golfo de forma demoledora, a causa del empeoramiento de la situación económica de los estadounidenses.
A corto plazo, sin embargo, todo es susceptible de empeorar, puesto que el cálculo del Congreso no incluye los gastos derivados de la ocupación de Irak, que son precisamente los que ahora Bremer calcula astronómicos. Es por ello que el administrador civil del país ha incluido entre sus presuntas fuentes de ingresos a otros países. Las principales potencias económicas (Francia, Alemania y Rusia, entre ellas) se han negado a participar de forma activa (enviando a sus soldados) en la ocupación si Estados Unidos no cede parte de su poder en Irak a Naciones Unidas, pero queda por ver si saldrán al rescate de Washington rascándose la cartera para sufragar los gastos de la reconstrucción.
Según un comunicado del Mando Central de Estados Unidos, el incidente más sangriento de ayer fue el que tuvo lugar en las proximidades de Faluja, donde un soldado murió y otros tres fueron heridos por la explosión de una bomba. El segundo ataque ocurrió en la capital, donde otro soldado murió cuando su convoy militar fue atacado por un grupo armado, agrega el comunicado sin dar mayores detalles. Otro soldado estadounidense murió ayer en una zona cercana cuando el convoy en el que viajaba fue atacado también con explosivos.
Con todo, Bremer ha reconocido que está negociando “de forma intensa” con el gobierno provisional iraquí sobre la necesidad de abrir al país a las inversiones extranjeras, lo que incluye además la posibilidad de vender parte de las 192 empresas estatales.
* De El País de Madrid.
Especial para Página/12.