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Desde Roma

Algunas de las medidas tomadas por el papa Francisco en materia de reformas en el Vaticano parecen comenzar a dar resultados. El Instituto para las Obras de Religión (IOR) o banco vaticano, que está en la picota desde que Francisco asumió en 2013 y es criticado por algunos por funcionar como un banco común que persigue la ganancia y por otros por haber servido en varias ocasiones para lavar dinero de dudoso origen, ha cerrado su balance del 2013 con una ganancia neta de apenas 2,9 millones de euros, es decir 83,7 millones menos de los que había ganado el año precedente.

Difundido ayer por la Santa Sede, el balance tuvo este resultado, dijeron expertos vaticanos, debido en parte a los cambios que desde 2013 se están llevando a cabo. Entre ellos los gastos extraordinarios a consultores externos que el Papa quiso nombrar para reformar la institución, pero también la rectificación del valor de los fondos de inversión y la disminución del valor del oro a nivel internacional. A esto se la agregó que en este último año el banco vaticano cerró 3335 cuentas bancarias, 2600 de ellas de clientes con cuentas que no usaban desde hace mucho tiempo y de poco valor. Otras 755 cuentas fueron cerradas o están en proceso de ser clausuradas por no corresponder a la tipología de clientes que desde el 4 de julio de 2013 acepta el IOR exclusivamente: instituciones católicas, eclesiásticas, empleados y ex empleados del Vaticano, titulares de cuentas por sueldos o jubilaciones, embajadas y diplomáticos acreditados ante el Vaticano. El cierre de las cuentas ha significado una pérdida para el banco vaticano de unos 44 millones de euros. “Es justo decir –explicó a la prensa el director del IOR, Von Freyberg–, que en estos últimos meses, este proceso doloroso pero absolutamente necesario, ha puesto las bases para un futuro nuevo del IOR como gestor de servicios financieros exclusivamente dedicados a servir la misión de la Iglesia Católica.”

En el balance 2013 fue incluida además una operación financiera llamada Lux Vide, que llevó al banco vaticano a perder 15 millones de euros a causa de un préstamo que el entonces cardenal secretario de Estado Tarcisio Bertone –es decir el número dos del Vaticano durante el papado de Benedicto XVI– presionara para que se le concediera a un amigo suyo, el productor televisivo Ettore Bernabei. Bertone está bajo investigación a causa de esta operación poco clara.

Pese a todo, el IOR contribuyó con 54 millones de euros a las actividades de evangelización llevadas adelante por el papa Francisco –en 2012 había colaborado con las actividades del papa Ratzinger por valor de 54,7 millones de euros–. Por otra parte las cifras del primer semestre de 2014, también difundidas por el Vaticano, no son tan malas. Las ganancias han sido en seis meses de 57,4 millones de euros contra los 2,9 de fines 2013. Al cerrar el balance del 2013, sin embargo, el patrimonio neto del IOR era de 720 millones de euros.

La llamada Fase II de reforma del IOR, después de la Fase I conocida como la de la “transparencia”, comenzará hoy con la instauración de la nueva dirigencia del instituto, el financista francés Jean Baptiste de Franssu reemplazará al actual director, el alemán Erns von Freyberg. También habrá un nuevo consejo de administración. La Fase II comprende la “integración del instituto en el nuevo contexto económico administrativo del Vaticano”, se explicó.

Pero el Vaticano dio a conocer ayer también los dos balances financieros globales de 2013, el de la Santa Sede y el de la Ciudad del Vaticano. El primero con un déficit de más de 24 millones de euros, el segundo con un superávit de 33 millones, 10 millones más que el año precedente. Y es en este último caso que muchos se preguntan cuánto ha sido determinante para este progreso la figura de Francisco, porque para verlo y escucharlo llegan al Vaticano millones de fieles de todo el mundo.