Al menos veinte personas murieron ayer al inicio de la operación militar de gran escala Borde Protector lanzada por Israel contra la Franja de Gaza. Dos años después del alto al fuego tras los bombardeos que causaron casi 170 muertos, el ejército israelí atacó más de 200 blancos. Mientras, moviliza a 40 mil reservistas para una posible incursión terrestre que busca “poner fin al terrorismo que viven todos los días los israelíes”, según declaró el primer ministro Benjamin Netanyahu. La operación se prevé duradera y busca detener el lanzamiento de cohetes por parte del movimiento de resistencia islámica Hamas. La mayorìa de las víctimas murieron durante bombardeos en el centro de la Franja, controlada por Hamas, según autoridades sanitarias de esa región.

Una de las víctimas, Rashad Ya-ssin, integraba las Brigadas Azedin Al Qaassam, brazo militar de Hamas, quien cayó en el campamento de refugiados de Nuseirat. Otras cinco personas que integraban la Jihad islámica y no fueron identificadas fallecieron cuando el vehículo en el que viajaban recibió los impactos del bombardeo israelí. Hubo además varias víctimas civiles, tres de ellas menores, que murieron en un bombardeo contra una vivienda en la localidad de Jan Yunis, en el sur de Gaza, según informó la agencia palestina de noticias Ma’an.

Otros cuatro milicianos que bucearon hasta la costa de Israel desde un barco fueron muertos por soldados al intentar atacar una base militar en el sur israelí, informó un vocero militar. El vocero militar teniente coronel Peter Lerner dijo que los atacantes bucearon desde un barco hasta la costa y luego atacaron la base con granadas y fusiles, hiriendo levemente a un soldado. En una intervención televisada, el vocero del brazo armado de Hamas dijo a Israel que “no sueñe con la calma” mientras no detenga la “agresión” en Cisjordania y Gaza, libere a palestinos vueltos a ser arrestados luego de haber sido intercambiados por el capturado soldado israelí Gilad Shalit en 2011 y que retome el alto el fuego acordado tras la ofensiva de 2012.

La operación militar se produce tras una semana convulsionada, marcada por el crimen de tres jóvenes judíos, del que Israel culpó a Hamas, y el de un adolescente palestino, que apareció carbonizado como venganza perpetrada por un grupo ultranacionalista judío tras el triple crimen, lo que convirtió a Jerusalén oriental y sectores cercanos en un virtual campo de batalla por varios días.

Pocas horas después del inicio de la tercera operación contra Hamas desde que este grupo asumiera el control de Gaza en 2007, Netanyahu confirmó los malos augurios, al asegurar que se prevé una campaña bélica “concienzuda, larga, continua y dura”. El ejército israelí admitió que los objetivos atacados son principalmente zonas agrícolas donde podría haber túneles, supuestos depósitos de armamento y escondites para lanzaderas de misiles.

Asimismo, aseguró haber alcanzado a Hasan Al Shaaban, al que identificó como responsable de Hamas en Gaza, y declaró que atacó las viviendas de varios activistas del movimiento islamista en el centro y el sur de la Franja. Propietarios de los inmuebles revelaron que cinco minutos antes de los bombardeos recibieron una llamada de un hombre que hablaba árabe con acento extranjero, que se identificó como miembro de las fuerzas israelíes y que los conminó a abandonar los edificios.

La escalada de violencia es la más grave desde que Israel lanzó una ofensiva similar en noviembre de 2012, que dejó casi 170 muertos. El ejército israelí dijo que 131 cohetes fueron disparados ayer contra Israel, sumándose a los más de 85 del lunes. Uno de los proyectiles activó las sirenas de alarma en Tel Aviv, a 70 kilómetros de Gaza, en lo que fue el ataque más profundo hasta ahora y el primero contra esa ciudad en dos años, pero el cohete fue interceptado y derribado, informó el ejército.

Horas más tarde, las sirenas sonaron en Jerusalén, y poco después un cohete explotó en la zona de la ciudad. Más temprano, la municipalidad de Jerusalén había empezado a abrir los refugios públicos antiaéreos y exhortó a los jerosolimitanos a preparar sus refugios privados.

El presidente de la Autoridad Nacional Palestina, Mahmud Abbas, reclamó la “detención inmediata de los ataques”. Además instó a la comunidad internacional a involucrarse para evitar una escalada bélica que podría llevar la inestabilidad a toda la región. Según la agencia de noticias oficial palestina Wafa, Abbas también emprendió “consultas urgentes” con líderes árabes y de otros países para intentar que el gobierno israelí dé marcha atrás.

Pero Netanyahu pidió a los soldados que “se quiten los guantes” en el combate con Hamas. En tanto, el ministro de Defensa, Moshe Yaalon, advirtió que el operativo “no terminará en cuestión de días”. “Si necesitamos entrar con una operación terrestre, entonces lo haremos. Estas cosas están sobre la mesa. Estas opciones existen. No pararemos hasta que termine el disparo de cohetes”, agregó el ministro, que respondió con un cortante “no ahora”, cuando se le preguntó si había esfuerzos en curso para llegar a una tregua. La orden inicial dada por el gobierno de Netanyahu la noche del lunes sólo incluye bombardeos aéreos sobre la Franja, pero los medios israelíes hablan de la eventual incursión terrestre y de los miles de reservistas convocados con este objetivo.

Funcionarios israelíes declararon que el gobierno de Netanyahu autorizó al ejército a movilizar 40.000 soldados adicionales. El ejército dijo que ya comenzó a convocar a algunas fuerzas, un día después de que ya fueran llamados 1500 reservistas. En tanto, el premier ordenó “un incremento significativo de las operaciones contra Hamas”.

Fuentes diplomáticas citadas por el periódico israelí Haaretz reconocieron que la operación se prolongará “durante un largo tiempo”. Yaalon, tras reunirse con altos mandos militares, pidió precaución a la población, especialmente a aquellos ciudadanos que residen en zonas cercanas al territorio controlado por Hamas, mientras el gobierno declaró bajo “situación especial” todas las zonas del sur de Israel situadas a menos de cuarenta kilómetros de la frontera.