Sábado, 19 de julio de 2014 | Hoy
EL MUNDO › EL CONSEJO DE SEGURIDAD DE LA ONU SE REUNIO DE URGENCIA POR EL DERRIBO DEL AVION DE MALAYSIA AIRLINES EN UCRANIA
El máximo órgano de decisión de las Naciones Unidas demandó a todas las partes del conflicto ucraniano que ofrezcan acceso inmediato a la zona del siniestro. El presidente Barack Obama responsabilizó por el episodio a los separatistas prorrusos.
El Consejo de Seguridad de la ONU reclamó una “investigación internacional independiente” sobre el avión comercial de Malaysia Airlines derribado en el este de Ucrania con 298 personas a bordo. El máximo órgano de decisión de las Naciones Unidas, que mantuvo un minuto de silencio por las víctimas, demandó además a todas las partes del conflicto ucraniano que ofrezcan acceso inmediato a la zona del siniestro. El gobierno de ese país y los separatistas prorrusos negaron haber sido los responsables del hecho y se acusaron mutuamente. El presidente estadounidense, Barack Obama, culpó a estos últimos. Rusia, por su parte, desmintió haber estado detrás del derribo del avión.
El Consejo se pronunció en una breve declaración por escrito difundida al comienzo de la reunión de urgencia que mantuvo ayer para analizar la tragedia registrada en Ucrania. “Los miembros del Consejo de Seguridad piden una investigación internacional completa, exhaustiva e independiente sobre el incidente de acuerdo con los estándares de la aviación civil internacional y para una responsabilidad adecuada”, señala el texto.
Asimismo, el organismo de la ONU subrayó la “necesidad de que todas las partes den acceso inmediato a los investigadores al lugar del siniestro para determinar la causa del incidente”. El subsecretario político de Naciones Unidas, Jeffrey Feltman, explicó al inicio de la reunión que la ONU no dispone en estos momentos de “una verificación independiente” de las circunstancias de la tragedia, pero está “preocupada” por las informaciones “creíbles” de que el avión pudo haber sido abatido por un “sofisticado sistema de misiles tierra-aire”.
“Este horrendo incidente sirve como el más claro recordatorio de lo terrible que es la situación en el este de Ucrania y de cómo afecta a países y familias mucho más allá de las fronteras ucranianas”, indicó Feltman.
Sin embargo, antes del inicio de la sesión, la embajadora estadounidense ante Naciones Unidas, Samantha Power, dijo al Consejo que según la información de la que dispone su país, el avión “fue probablemente derribado por un misil tierra-aire, un SA-11, operado desde una zona controlada por separatistas en el este de Ucrania”. Además recordó que las milicias prorrusas disponen de las tecnologías necesarias para ese tipo de ataque y ya han derribado aviones ucranianos durante el conflicto.
En tanto, rescatistas, policías y hasta mineros emprendieron una intensa búsqueda cerca de los restos del avión y ya hallaron 181 cuerpos. Los mismos fueron encontrados entre las localidades de Grabovo y Rozsypne, en la provincia rebelde de Donetsk, a unos 50 kilómetros de la frontera con Rusia. El siniestro del Boeing 777 de Malaysia Airlines provocó la muerte de 298 personas de una docena de nacionalidades y de todos los estilos de vida, desde reconocidos investigadores sobre el sida, hinchas de fútbol y miembros de clubes deportivos, un vocero de la ONU, una monja y un florista, informaron autoridades.
Funcionarios de inteligencia estadounidense concluyeron el jueves que el vuelo HM17 fue derribado por un misil tierra-aire mientras volaba de Amsterdam a Kuala Lumpur, pero agregaron que no pudieron determinar quién lo disparó. El gobierno ucraniano y los separatistas prorrusos a los que combate en el este del país negaron haber sido responsables y se acusaron mutuamente, mientras que Rusia, país al que Kiev acusa de apoyar a los insurgentes, también desmintió haber estado detrás del derribo del avión.
La zona está bajo control de los separatistas y en los últimos días fue escenario de fuertes combates. Ucrania solicitó una investigación internacional para determinar quién atacó el avión, y Estados Unidos ofreció su colaboración. El acceso al lugar resulta difícil y riesgoso. Los rebeldes establecieron cinco retenes en la ruta de Donetsk capital hacia la zona del siniestro, y en cada uno de ellos registraban la documentación de todas las personas que querían atravesarlos.
Los insurgentes reiteraron ayer que recuperaron la mayoría de las cajas negras del avión y que estaban considerando qué hacer con ellas, un día después de decir que pensaban llevarlas a Rusia. El canciller ruso, Serguei Lavrov, señaló que Rusia no se va a quedar con las cajas negras y quiere que expertos internacionales lleguen “cuanto antes” al lugar para recibirlas.
En Australia, de donde eran 28 de los pasajeros muertos, el primer ministro, Tony Abbot, llamó a Moscú a dar explicaciones por el desastre “ahora que parece innegable que el avión fue derribado por un misil tierra-aire suministrado por Rusia” a los rebeldes prorrusos. Putin, por su parte, pidió desde Moscú a todas las partes del conflicto en Ucrania que cesen las hostilidades y se sienten a negociar directamente.
El primer ministro ucraniano, Arseni Yatsenyuk, exigió que Rusia fuera hecha responsable de lo que describió como un “crimen internacional” cometido por “bastardos”. También dijo que el ejército ucraniano se abrirá paso hasta el lugar si los separatistas siguen impidiendo el acceso. En Holanda, de donde eran 184 de los pasajeros, el primer ministro, Mark Rutt, pidió “una investigación absolutamente objetiva” y una rápida repatriación de los cuerpos, mientras que el Ministerio de Justicia anunció que un equipo de forenses holandeses partió para Ucrania a participar de las pesquisas.
El gobierno ucraniano expresó el jueves que el avión volaba a 10.000 metros de altura y que fue derribado por un misil de una lanzadera Buk, que puede disparar hasta 22.000 metros de altura. De hecho, tanto el ejército ruso como el ucraniano cuentan con esas lanzaderas. Ayer, el fiscal general de Ucrania, Vitali Yarema, dijo que los rebeldes no se apoderaron de los sistema Buk del ejército ucraniano, en lo que pareció una insinuación de que, de poseerlos, debieron haberlos recibido de Rusia. El gobierno de Kiev cerró el espacio aéreo sobre Donetsk y Lugansk, la otra provincia rebelde del este del país.
Paralelamente, el ministro de Transporte de Malasia, Liow Tiong Lay, insistió en que la ruta del avión había sido aprobada por autoridades de aviación internacionales y negó que Malaysia Airlines –que ya perdió un avión con 239 personas en marzo– trataba de ahorrar combustible o dinero con un vuelo más directo sobre Ucrania. El gobierno malayo dijo ayer que el avión no hizo ninguna llamada de emergencia.
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