EL MUNDO › EL CONSEJO DE SEGURIDAD TERMINO DE LEVANTAR SANCIONES
Capítulo cerrado sobre Libia
Por Isabel Piquer *
Desde Nueva York
Después de cinco aplazamientos e interminables discusiones, el Consejo de Seguridad de la ONU levantó ayer las sanciones contra Libia, impuestas en 1992 por el atentado perpetrado contra un avión de la Pan Am cuando sobrevolaba sobre la localidad escocesa de Lockerbie. La medida permitirá a los familiares de las 270 víctimas cobrar la primera entrega de los 2700 millones de dólares en reparaciones que acordaron recientemente con el gobierno de Trípoli.
El levantamiento de las sanciones, promovido por Gran Bretaña, se aprobó por 13 votos a favor y ninguno en contra. Francia y Estados Unidos se abstuvieron. París, que pidió aplazar el voto cuatro veces, amenazando incluso con recurrir al veto, esperaba así forzar a las autoridades libias a respetar el acuerdo de indemnización alcanzado anteayer con los damnificados de otro atentado, el llevado a cabo contra un DC-10 de la compañía aérea francesa UTA, sobre Níger, en 1989, en el que murieron 170 personas.
El gobierno francés, a la vista de lo conseguido para las víctimas de Lockerbie, intentó a lo largo de estas últimas semanas renegociar las compensaciones mucho más bajas que ya había alcanzado con Trípoli por el avión francés (entre 3400 y 34.000 dólares por fallecido) y pedir más dinero. Tras retrasos y discusiones los familiares llegaron a un principio de acuerdo un día antes de la votación, lo que evitó un nuevo aplazamiento.
“El levantamiento de las sanciones marca un paso importante en la reintegración de este país en la comunidad internacional”, indicó el embajador francés, Jean-Marc de la Sablière, pero “aún nos mantenemos vigilantes sobre su conducta y por eso nos abstenemos”. Washington ya había indicado su intención de abstenerse y conservar las sanciones unilaterales impuestas contra Libia. Su embajador adjunto, James Cunninghan, señaló que, pese a la resolución de la ONU, su país mantendría el embargo comercial bilateral. “Trípoli todavía no ha demostrado que ha hecho lo suficiente para combatir el terrorismo internacional y continúa desarrollando armas de destrucción masiva”, dijo Cunningham.
La medida fue esencialmente simbólica. En 1992, el Consejo impuso un embargo aéreo y de armas a Libia, así como la prohibición de adquirir cierto tipo de equipamiento industrial, después que el gobierno del presidente Muamar al Kadafi se negara a cooperar con las investigaciones del atentado contra el avión de la Pan Am, perpetrado en 1988. Las sanciones fueron suspendidas en 1999, después que Trípoli entregara a dos ciudadanos libios. La decisión de la ONU permite sobre todo a los familiares empezar a cobrar las indemnizaciones, una media de 10 millones de dólares por fallecido.
* De El País de Madrid, especial para Página/12.