Miércoles, 27 de agosto de 2014 | Hoy
EL MUNDO › CONTACTOS DIRECTOS EN RELACIóN CON LA CRISIS EN UCRANIA
Los presidentes de Rusia, Vladimir Putin, y de Ucrania, Petro Poroshenko, rompieron el hielo al reunirse por primera vez sin mediadores en la ciudad de Minsk. Al participar antes de la cumbre de la Unión Aduanera entre Rusia, Bielorrusia y Kazajistán, propusieron diferentes vías para resolver el conflicto en el este ucraniano entre Kiev y las milicias separatistas pro rusas. Tras la reunión, Poroshenko habló con la agencia de noticias rusa Interfax y aseguró que se prepara una hoja de ruta para alcanzar lo antes posible un cese del fuego, que debe ser completamente bilateral. Según la agencia rusa, el mandatario ucraniano dijo que las partes presentes en la cumbre de Minsk apoyaron su plan de paz. Putin fue un poco más abstracto y prometió hacer todo lo posible para alcanzar un proceso de paz en Ucrania. Como ejemplo, adelantó que Moscú no pondrá condiciones en un eventual acuerdo de tregua con las milicias separatistas pro rusas.
Al inicio de la cumbre en la capital bielorrusa, el líder ruso afirmó que su gobierno estaba convencido de que la crisis ucraniana no se solucionará por el uso de la fuerza, sin tener en cuenta los intereses vitales de las regiones surorientales del país y sin un diálogo pacífico con sus representantes. Aunque no pueden considerarse negociaciones de paz propiamente dichas, la cumbre de Minsk fue el primer intento internacional de alcanzar un compromiso entre Rusia y Ucrania sobre el arreglo del conflicto armado, que comenzó en mayo, luego de que las milicias separatistas declararan la independencia de las provincias de Donetsk y Lugansk, y pidieran sin éxito la anexión a Rusia.
La cumbre de ayer comenzó con la nota positiva del saludo entre Putin y Poroshenko, que se dieron la mano en el Palacio de la Independencia de Minsk en presencia de la jefa de la diplomacia europea, Catherine Ashton. Sin embargo, ninguno de los líderes cambió su posición, al menos durante el encuentro multilateral. En la cumbre, el presidente del país anfitrión, Alexandr Lukashenko, y el líder kazajo, Nursultán Nazarbayev, exhortaron a los dirigentes ruso y ucraniano a dejar de lado sus ambiciones políticas y a reunirse cara a cara para poner fin a las hostilidades.
“Para Rusia y para Ucrania llegó la hora de la verdad. El derramamiento de sangre no puede continuar. Si sigue se puede convertir en una confrontación global”, dijo Nazarbayev. Lukashenko dijo que las posturas de las partes difieren, aunque todos coinciden en la necesidad de buscar compromisos: desescalada del conflicto, liberación de rehenes, solución del problema de los refugiados, cooperación humanitaria. Por su parte, Poroshenko intentó involucrar a la comunidad internacional en la solución el conflicto al asegurar que en la cumbre de Minsk se decide el destino del mundo y de Europa, según informó la agencia de noticias RIA Novosti.
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