Sábado, 6 de septiembre de 2014 | Hoy
EL MUNDO › TRAS CUATRO MESES Y MEDIO DE CONFLICTO ARMADO SEPARATISTA FIRMARON UNA TREGUA EN BIELORRUSIA
El presidente de Ucrania les ordenó a sus fuerzas armadas detener las acciones en el este del país. A su vez, los líderes de la OTAN aprobaron planes para estacionar cuatro mil soldados en Europa del Este.
El gobierno de Ucrania y los rebeldes separatistas prorrusos declararon ayer un alto el fuego luego de alcanzar un acuerdo durante negociaciones en Minsk para poner fin a cuatro meses y medio de conflicto. El presidente ucraniano, Petro Poroshenko, dijo que delegados de Kiev y los rebeldes firmaron en la capital de Bielorrusia un protocolo de cese de las hostilidades y que ordenó a las fuerzas armadas de su país detener sus acciones armadas en el este de Ucrania a partir de las 18 hora local (las 12 en Argentina). En tanto, los líderes de la OTAN aprobaron planes para estacionar hasta 4000 soldados en Europa del Este con la capacidad de movilizarse rápidamente para defender a cualquier Estado miembro de esa región de una potencial agresión de Rusia.
Poroshenko indicó en un comunicado que encargó a la Cancillería ucraniana y a la Organización para la Seguridad y Cooperación de Europa (OSCE) –que participó de las negociaciones de Minsk junto a Rusia– que supervisen la tregua. “Cuento con que este acuerdo, incluyendo el cese del fuego y la liberación de rehenes, sea observado estricamente”, señaló Poroshenko. “Es muy importante que este cese del fuego dure mucho tiempo y que durante el cese del fuego continuemos el diálogo político para traer paz y estabilidad” a Ucrania, dijo más tarde en declaraciones a periodistas al cierre de una cumbre de la OTAN en el Reino Unido, marcada por la crisis ucraniana.
Heidi Tagliavini, funcionaria de la OSCE, aseguró que el plan de paz consiste en 12 puntos, pero no los enumeró de inmediato, antes de volver a la mesa de negociaciones. Los rebeldes, que habían proclamado “repúblicas populares” en las provincias orientales ucranianas de Donetsk y Lugansk, también dijeron por Twitter que se acordó una tregua a partir de las 18. “El alto el fuego nos permitirá salvar no sólo la vida de los civiles, sino también las vidas de las personas que tomaron las armas para defender su tierra y sus ideales (del gobierno pro occidental de Kiev)”, expresó el máximo líder rebelde de Donetsk, Alexander Zajarchenko, en la capital bielorrusa.
Pero Igor Plotnitsky, el jefe de los insurgentes de Lugansk, declaró que el acuerdo no significa que haya terminado la lucha hacia la secesión de Ucrania, en un comentario que reflejó la perseverancia de los rebeldes en una exigencia que podría complicar los esfuerzos de paz. Ucrania y la OTAN acusan a Rusia de armar a los separatistas pro rusos y de apoyarlos incluso con tropas invasoras, una imputación que Moscú rechaza tajantemente.
Esta semana, el presidente ruso, Vladimir Putin, presentó un plan de siete puntos para poner fin al conflicto, que según la ONU dejó más de 2600 muertos y más de un millón de refugiados. El plan del Kremlin incluía el cese de las acciones ofensivas del ejército ucraniano y de los rebeldes, el envío de observadores internacionales para monitorear la tregua, intercambio de prisioneros y la apertura de corredores humanitarios, y permitía a los separatistas seguir en control de sus territorios.
Moscú mostró su beneplácito por el acuerdo de alto el fuego. “Saludamos la firma del protocolo para la realización de la iniciativa de los presidentes de Rusia, Vladimir Putin, y Ucrania, Petro Poroshenko”, dijo Dmitri Peskov, portavoz del Kremlin, según informó la agencia de noticias rusa Interfax. Además, Peskov expresó su confianza en que el acuerdo sea respetado y que ambos bandos continúen las negociaciones para el arreglo pacífico definitivo del conflicto en Ucrania.
Mientras los delegados se reunían en Minsk, en el este de Ucrania continuaban los combates, sobre todo cerca de Mariupol, una ciudad portuaria en el sur ucraniano, sobre el mar de Azov, que el ejército intenta defender de un avance de los separatistas. La cadena BBC, que tiene un corresponsal en el lugar, dijo que los insurgentes atacaron ayer posiciones del ejército cuatro kilómetros al este de la ciudad.
Los rebeldes aseguraron que controlan el puerto de la ciudad mientras Kiev se apuró en desmentirlo. “No es verdad. Incluso les hicimos perder (a los rebeldes) posiciones que sí controlaban”, indicó el portavoz del Consejo Nacional de Seguridad y Defensa ucranianos. Mariupol, con 500.000 habitantes, es estratégica por su condición portuaria en el mar de Azov y sus exportaciones de acero. Lisenko dijo que siete soldados murieron en combate en las últimas 24 horas, llevando a 846 la cifra de efectivos fallecidos en el conflicto, y agregó que unos 2000 soldados rusos también perdieron la vida en los casi cinco meses de combates.
Los países de la OTAN aprobaron reforzar su defensa colectiva y su presencia en los países del Este, a través de la creación de una fuerza de reacción rápida capaz de desplegar a miles de hombres en pocos días y que sirva de elemento de disuasión hacia Rusia y otros potenciales agresores. “El momento de seguridad que afrontamos es más impredecible que nunca: Rusia está atacando a Ucrania y hay inestabilidad en Medio Oriente y en el norte de Africa. En estos turbulentos momentos, la OTAN tiene que estar preparada y poder defenderse y también a sus aliados”, afirmó el secretario general de la OTAN, Anders Fogh Rasmussen.
Al igual que los líderes de Estados Unidos, Francia o Reino Unido, Rasmussen mostró su escepticismo sobre las posibilidades de que efectivamente se implemente el cese del fuego entre las partes en Ucrania. “Espero que este paso sea el inicio de un proceso político constructivo”, subrayó. “Daría la bienvenida si un alto el fuego real se establece, pero que primero se declare el alto el fuego, y después, lo que es crucial, que se implemente de buena fe”, agregó el secretario general.
Para Rusia, los planes de la OTAN buscan acorralarla, son violatorios de un pacto de 1997 que limita el despliegue de tropas aliadas en los socios del este de Europa y buscan “una victoria de la OTAN y una situación en la que Estados Unidos dicte su voluntad a todo el mundo”, según dijo el jueves el canciller Serguei Lavrov.
El conflicto en Ucrania comenzó en noviembre pasado con protestas populares que terminaron con el derrocamiento del ex presidente prorruso Viktor Yanukovich. En rechazo al nuevo gobierno de Kiev, la península de Crimea, de mayoría rusoparlante, se proclamó independiente y fue anexada por Rusia, en marzo. Un mes más tarde comenzaron los levantamientos en Donetsk y Lugansk.
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