EL MUNDO › HOWARD DEAN, PRECANDIDATO A LA ELECCION DE EE.UU.

El más populista de los demócratas

Por Carlos Mendo *

Nadie puede negarle mérito a Howard Dean, un médico de 54 años que, contra todo pronóstico, encabeza las preferencias de las bases demócratas en dos estados (Iowa y New Hampshire) donde se inicia la carrera para la nominación del partido a la presidencia de Estados Unidos. Que un político hasta ahora sin proyección nacional, gobernador durante 12 años de uno de los estados más pequeños y menos poblados de la Unión, como Vermont, haya logrado en pocos meses colocarse por delante de figuras destacadas de la escena política de Washington como el ex candidato a la vicepresidencia y senador Joe Lieberman, el también senador y héroe de Vietnam, John Kerry y el ex jefe de la minoría demócrata en la Cámara de Representantes y congresista Dick Gephart, demuestra la fibra política y la capacidad de liderazgo exhibidas por Dean en esta campaña para las primarias presidenciales, que arrancó el primero de septiembre, Día del Trabajo.
Pero, con ser noticia su ascensión al primer puesto del escalafón, lo más extraordinario es que Dean ha realizado su recorrido a lomo de un programa populista y agresivo, de contenido socialdemócrata, que ha sacudido hasta sus cimientos el establishment demócrata, que recuerda con horror las debacles sufridas por el partido en las dos ocasiones anteriores que intentaron conquistar la Casa Blanca con un programa radical medido en parámetros estadounidenses –George McGovern, que sólo ganó en uno de los 50 estados frente a Richard Nixon en 1972, y Walter Mondale, que fue vencido por Ronald Reagan en 1984–. Dean pretende repetir los éxitos de dos demócratas como él, Bill Clinton y Jimmy Carter, gobernadores como él y también desconocidos nacionalmente cuando anunciaron sus candidaturas a la nominación presidencial. Como ellos, intenta aprovecharse de la innata desconfianza del ciudadano estadounidense hacia el poder central y se presenta como un político sin ataduras a los grupos de presión y lobbies de Washington, que nunca ha desempeñado un cargo en la capital federal.
Y para acentuar sus diferencias con sus compañeros de partido, veteranos de Washington que compiten por la nominación y a quienes se identifica con una u otra corriente política, Dean repite una y otra vez en sus mitines una frase que popularizó el fallecido senador por Minnesota Paul Wellstone, uno de los políticos con más fama de izquierdista en el país: “Yo represento el ala demócrata del Partido Demócrata”. Sus ataques a George W. Bush, centrados en la guerra de Irak, las reducciones de impuestos y el déficit galopante, se alternan con andanadas de fondo contra sus competidores, principalmente aquellos que votaron a favor de la intervención iraquí –Gephart, Lieberman, Kerry y el senador por Carolina del Sur, John Edwards–, a quienes acusa de ser más o menos una versión light de Bush, No es de extrañar que los sectores centristas del partido hayan dado la voz de alarma y se dispongan a intentar parar a Dean por todos los medios.
* De El País de Madrid. Especial para Página/12.

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