La represión de las protestas prodemocráticas que tienen lugar en Hong Kong desató la indignación general luego de que se difundieran imágenes en las que un grupo de policías patea a un manifestante esposado, en uno de los incidentes más violentos desde que las manifestaciones comenzaron hace dos semanas y media. Con gas pimienta y equipo antidisturbios, la policía levantó las barricadas construidas por manifestantes en tres barrios céntricos de Hong Kong y liberó las calles, que luego volvieron a ser ocupadas. En relación con las protestas democráticas de Hong Kong, El Diario del Pueblo, órgano oficial del Partido Comunista de China, señaló que la democracia debe basarse en el estado de derecho y no puede ser una excusa para comportamientos ilegales. El comentario, que muestra una vez más la opinión de las autoridades de Beijing sobre las protestas, señala el firme apoyo del gobierno central al Ejecutivo regional de Hong Kong y a su jefe, CY Leung, y reitera que la protesta está condenada al fracaso.

Las imágenes en las que seis policías de civil arrastran a un manifestante a una esquina y lo patean mientras está en el suelo fueron difundidas por la cadena de noticias Now (http://dpaq.de/JCzNG). Un grupo de parlamentarios y activistas locales identificaron al hombre golpeado como Ken Tsang, miembro de los opositores y del Partido Cívico, una fuerza prodemocrática de esta región con gobierno autónomo. En las manifestaciones de anoche, Tsang anunció su intención de demandar a los policías y aseguró que fue maltratado en la comisaría a la que fue trasladado. “Hay una preocupación por un video que muestra a agentes de la policía empleando una fuerza inapropiada contra una persona arrestada”, dijo el secretario de Seguridad, Lai Tung-kwok, quien aseguró a la prensa que los agentes involucrados fueron reasignados y que se está investigando el hecho.

El centro de la ex colonia británica volvió a ser escenario de la represión policial, luego de que un grupo de agentes antidisturbios lanzara gas pimienta, golpeara con bastones y, finalmente, detuviera a decenas de jóvenes manifestantes que hacía menos de una hora habían retomado un paso subterráneo de la calle Lung Wo, ubicado en las inmediaciones del edificio de la jefatura de gobierno y el Parlamento de Hong Kong.

“La estabilidad es buena, el caos es un desastre”, advirtió el artículo del Diario del Pueblo, que insistió en que las diferentes peticiones sobre el desarrollo democrático de Hong Kong se pueden expresar a través de formas legales. El órgano oficial del Partido Comunista chino atribuye las protestas a un grupo de la población de Hong Kong, ciudad que supera los siete millones de habitantes. “La democracia se debe basar en la ley, no en la dictadura de una minoría, aun menos una excusa para un grupo diminuto al que le da igual la ley”, remarcó. Según este medio, las protestas, que cumplieron ayer su decimooctava jornada tras los serios enfrentamientos de la madrugada del martes, son ilegales y han incluido la invención de acusaciones y rumores contra Leung y su gobierno.

“La historia recuerda que los actos radicales e ilegales que se salieron con la suya sólo resultaron en más actividades ilegales, exacerbando el desorden y el caos”, afirmó el periódico en un editorial. El Diario del Pueblo insistió en que el apoyo a Leung y su administración asegura la estabilidad de Hong Kong y su posición como centro internacional de finanzas, comercio y transporte, lo que responde al interés del territorio y de los inversores extranjeros.

Las protestas en Hong Kong comenzaron contra la reforma electoral que aprobó a fines de agosto el Parlamento chino, que autorizó a los hongkoneses a elegir por primera vez en las urnas a su gobierno regional, pero reservó el derecho de preseleccionar a los candidatos a un comité de expertos designado por Beijing. Hace una semana las masivas protestas estudiantiles comenzaron a diluirse a partir de un llamado al diálogo hecho por el gobierno hongkonés. Sin embargo, cuando las manifestaciones comenzaron a perder fuerza en las calles, el jefe del gobierno, Leung Chun-ying, quien ya había rechazado la exigencia de los manifestantes para que renunciara, suspendió las negociaciones, y desde entonces el movimiento de protesta no consiguió recuperar su poder de movilización.

Con todo, miles de personas volvieron a manifestarse ayer en Hong Kong contra la brutalidad policial, después de que la noche del martes se registraran los peores enfrentamientos hasta ahora entre la policía y manifestantes, en las que al menos 45 personas fueron detenidas tras una criticada intervención policial. Los efectivos emplearon gas pimienta en la operación, en la que resultó herido un número no determinado de manifestantes, así como cuatro efectivos. Entre los 45 detenidos hay 37 hombres y ocho mujeres. La operación policial tenía como objetivo abrir al tránsito el túnel de la calle Lung Wo, cerca de la sede del gobierno, bloqueado sorpresivamente en la noche del martes por los activistas. En el desalojo de esa vía de tránsito se registraron escenas caóticas, con policías empujando a los manifestantes al suelo para esposarlos y llevárselos detenidos.