Jueves, 16 de octubre de 2014 | Hoy
EL MUNDO › DOS ADOLESCENTES PARTIERON DE VIENA A SIRIA Y AHORA QUIEREN VOLVER A SUS CASAS
Por Tony Paterson *
Desde Berlín
Dos adolescentes que dejaron sus familias y sus vidas en Viena hace seis meses y se fueron a Siria para casarse con combatientes del Estado Islámico (EI) se contactaron con amigos cercanos y les dijeron que están enfermas por el derramamiento de sangre y quieren volver a casa.
Samra Kesinovic, de 17 años, y Sabina Selimovic, de 16, fueron descriptas como “niñas para el poster de la jihad” por parte de los medios de comunicación austríacos cuando fotografías de ellas usando burkas y portando armas de asalto aparecieron en Internet a principios de este año. Las dos chicas, ambas austríacas de ascendencia bosnia, dejaron la escuela a la que iban en Viena en abril pasado y fueron a Siria vía Estambul. La nota que les dejaron a sus conmocionados y angustiados padres decía simplemente: “No nos busquen. Vamos a servir a Alá –y vamos a morir por él–”.
Las dos jóvenes se radicalizaron después de asistir a una mezquita cerca de su casa y leer acerca de la jihad en Internet. “Vamos de la manera correcta, vamos a Siria para luchar por el Islam”, dijeron en la nota que dejaron. El diario Österreich de Viena informó durante el fin de semana que las dos adolescentes estaban viviendo en Raqqa, en el centro de Siria, y que Samra se había casado con un combatiente checheno del EI de quien había quedado embarazada.
Sin embargo, el diario dijo que las niñas se habían contactado con los amigos en Austria y les dijeron que estaban “enfermas” por el derramamiento de sangre y querían volver a casa. Ambas se encuentran en un área donde las muertes y las ejecuciones están a la orden del día. Samra les había dicho a sus amigos que la muerte estaba con ellos “todo el tiempo”. Sin embargo, los informes dicen que las dos tenían miedo de no poder escapar porque demasiada gente las asociaba con el EI.
El director de la escuela vocacional de Viena a la que asistían ambas niñas entrevistó a Samra antes de que se fuera a Siria. Peter Slanar le dijo al diario Süddetusche Zeitung de Alemania durante el fin de semana: “Se comportaba como si le hubieran lavado el cerebro”. Ella le había dicho que Al Qaida era una buena organización y que Estados Unidos fue responsable del 11 de septiembre. Slanar dijo: “Era imposible llegar a ella”. Los informes dijeron que había una mezquita en Viena fuera de la cual las adolescentes “sólo tienen que pasar el rato” antes de que les hablen.
El centro internacional para el estudio de la radicalización en el Kings College de Londres dice que hay decenas de adolescentes europeos radicalizados en Siria, incluyendo 50 del Reino Unido, 60 de Francia y 40 en Alemania. La policía de la frontera austríaca dijo haber detenido a tres chicas adolescentes que iban a Siria el fin de semana. La más joven decía que tenía 14 años.
La revista alemana Der Spiegel citó expertos en terrorismo y familiares diciendo que la mayoría de las chicas sólo despertaron a lo que les esperaba después de llegar a destino. Dijeron que fueron obligadas a casarse con los combatientes islámicos, obedecer las estrictas leyes islámicas y vivir bajo vigilancia permanente. “Ellas quieren casarse mártires”, le dijo a la revista el experto en terrorismo sueco Magnus Ranstorp. “Es esta especie de obsesión por el paraíso y la vida después de la muerte, que la convierte en un culto a la muerte. La muerte cuenta más que la vida.”
* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12
Traducción: Celita Doyhambéhère.
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