EL MUNDO › VATICINIO DE CHRISTOPH SCHOENBORN, ARZOBISPO DE VIENA

Ultimos días (o meses) para el Papa

El papa Juan Pablo II, cuya deteriorada salud es tema de discusión de la opinión pública mundial, mostró ayer en el Vaticano un aspecto relativamente bueno. Pero el arzobispo de Viena, cardenal Christoph Schoenborn, admitió que el Pontífice “se está acercando a los últimos días de su vida”. Schoenborn es considerado un potencial sucesor por algunos vaticanistas.
“También una vida tan gratificante e intensa como la del Papa termina tarde o temprano. Es una cosa muy natural”, dijo Schoenborn en declaraciones a la radio nacional austríaca. “Lo que es nuevo e inusual es que una persona se acerque a este momento ante la vista de la opinión pública del mundo”, agregó el purpurado. El mundo ve a un Papa “enfermo, minusválido y a punto de morir. No sé cuán cerca está de la muerte, pero se está acercando a los últimos días y meses de su vida”, dijo el arzobispo vienés.
No obstante, Juan Pablo II recibió ayer en audiencia al presidente lituano, Rolandas Paksas, su esposa e hijos, y evidenció un aspecto relativamente bueno, en medio de los temores que genera el deterioro progresivo de su salud en los últimos tres meses. Esa audiencia permitió que los periodistas acreditados en el Vaticano conversaran con el secretario de Karol Wojtyla, Stanislao Dziwisz, arzobispo desde el lunes pasado. Dziwisz trató de minimizar el impacto causado por las recientes declaraciones del cardenal alemán Joseph Ratzinger, quien dijo a una revista alemana que el Papa estaba “mal” y que era necesario rezar por él. Al respecto, Dziwisz dijo que el cardenal Ratzinger “lloraba explicando que no había dado ninguna entrevista, sino que solamente había encontrado por la calle a una persona a la que dijo que el Papa estaba mal y había que rezar por él”. Durante el encuentro con el presidente lituano, el Papa no se alzó de su sitial, pero habló durante quince minutos con la mediación de un intérprete.
El prefecto para la Congregación de los Obispos de la Santa Sede, el cardenal Giovanni Batista Re, aseguró haber visto ayer al Papa “fuerte y lúcido” y apuntó que no hay motivos para la alarma. El cardenal reafirmó a los periodistas que horas antes había tenido oportunidad de almorzar con Juan Pablo II y que su conclusión es que se trata de “un hombre con una visión clara del mundo”. Insistió con que el pontífice “está bien, con los problemas que están ante los ojos de todos. Es cierto que tiene dificultades de pronunciación, sobre todo cuando se cansa, y tiene problemas para caminar, pero es fuerte”. En el mismo acto estuvo presente otro cardenal, el prefecto para la Congregación de las Causas de los Santos, Jose Saraiva Martins, para quien el hecho de que Juan Pablo II haga el día 7 de octubre un viaje a Pompeya demuestra que no hay motivos para alarmarse.

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