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El presidente uruguayo, Tabaré Vázquez, se reunió ayer en Brasilia con su par brasileña, Dilma Rousseff (foto), para repasar la agenda bilateral y discutir asuntos de intercambio comercial regional y extrabloque. La comitiva uruguaya llegó ayer por la mañana y se dirigió de inmediato al palacio presidencial de Planalto para encontrarse con la jefa de Estado brasileña y parte de su gabinete, ya que la vuelta al país rioplatense estaba programada para ayer por la tarde.

La comitiva se trasladó al palacio presidencial de Planalto, donde tras una breve ceremonia de recibimiento oficial, mantuvo una audiencia con Dilma y parte de su gabinete. En la reunión, los jefes de Estado revisaron la agenda bilateral y destacaron proyectos de cooperación como el tendido de una línea de interconexión eléctrica entre la ciudad brasileña de Candiota y la localidad uruguaya de San Carlos. Además, conversaron sobre el proyecto de levantar dos puentes sobre el río Jaguarao. Rousseff adelantó que la licitación para la construcción de los puentes será lanzada en septiembre por el gobierno brasileño. Ambos mandatarios discutieron respecto de la situación de los freeshops en la frontera entre los dos países y acerca de aranceles aduaneros. Dilma señaló que las relaciones bilaterales alcanzaron un nuevo nivel a partir de la creación del Grupo de Alto Nivel Brasil-Uruguay, en julio de 2012. “El trabajo dio sus frutos: el año pasado, el intercambio comercial alcanzó el record histórico de 4900 millones de dólares”, apuntó.

Por otro lado, Vázquez reiteró el reclamo uruguayo para que el Mercosur revise las normas que impiden a sus miembros avanzar en acuerdos comerciales con otros bloques –especialmente la Unión Europea– o países en forma individual. “No somos ilusos ni impacientes, pero tampoco seríamos sinceros si dijéramos que hoy, como está (el Mercosur), nos satisface”, apuntó. “De ninguna manera busco hacer un reproche ni mucho menos extenderle una partida de defunción al bloque. Sólo pido que, sin renunciar a objetivos de largo plazo, los países miembros sepan que es necesario y urgente alinear al Mercosur con las realidades políticas y económicas del momento”, aclaró el mandatario.

Por su parte, Rousseff, cuyo país ejerce en este semestre la presidencia rotativa del bloque, fue más moderada. “El Mercosur es un proyecto ambicioso, que dio resultados muy expresivos. Pudimos multiplicar el comercio interno en dos décadas”, señaló la mandataria, pero juzgó que se precisa “mejorar y avanzar más”.