Lunes, 25 de mayo de 2015 | Hoy
EL MUNDO › EN LAS REGIONALES Y MUNICIPALES, RAJOY PIERDE SUS MAYORíAS Y LA NUEVA POLíTICA IRRUMPE EN ESPAñA
El PP perdió la mayoría absoluta que tenía en diez de las trece comunidades en las que se votó y el PSOE evitó el derrumbe. Posible giro a la izquierda en Madrid por medio de un pacto entre socialistas y Podemos. Triunfo de los Indignados en Barcelona.
Por Flor Ragucci
Página/12 En España
Desde Barcelona
Barcelona lo consiguió. La propuesta de una nueva forma de hacer política, con los derechos sociales y la participación ciudadana por delante, logró ganar la municipalidad de la segunda ciudad de España, de la mano de la plataforma de Ada Colau. La activista antidesahucios (desalojos) obtuvo en las elecciones de ayer una victoria histórica de 11 concejales y un 25,52 por ciento de los votos, dejando atrás al partido nacionalista y conservador de Artur Mas, Convergència i Unió, por un regidor.
En Madrid, con el 99 de los votos escrutados, Manuela Carmena, la candidata de otra de las confluencias de partidos de izquierdas apoyada por Podemos y heredera del movimiento de los Indignados –Ahora Madrid– tiene todas las papeletas para hacerse con el gobierno de la capital. La suma de los 20 concejales que sacó, con los obtenidos por el Partido Socialista (PSOE), superarían los del Partido Popular (PP) y los de Ciudadanos (las dos formaciones conservadoras que podrían aliarse para formar gobierno) y la convertirían en “alcaldesa”.
La entrada de Barcelona en Comú –la confluencia de partidos que integra el grupo de Colau– y el posible giro hacia la izquierda de la intendencia de Madrid representan dos golpes muy duros para el partido de Rajoy, que ve cómo el color azul de su bandera empieza a despintarse del mapa político de España. El PP sigue siendo el partido más votado, pero sólo con el 26,7 por ciento y con mucho menos poder territorial, ya que la izquierda está en condiciones de hacerse con la mayoría de capitales de provincia y comunidades si es capaz de pactar.
En Madrid, aunque la formación de Rajoy ganó en votos, podría perder la intendencia si Ahora Madrid y el PSOE llegan a un acuerdo poselectoral. En Valencia y Valladolid, dos bastiones de los populares, pactos de los socialistas con otras fuerzas de izquierda también pueden arrebatarle el gobierno al PP, pese a haber sido los más votados. Estos acuerdos darían a la izquierda las comunidades de Aragón, Asturias, Cantabria, Castilla-La Mancha, Valencia y Extremadura y el PP, ya sin mayorías absolutas en ninguna comunidad, sólo podría gobernar pactando con Ciudadanos en Madrid, Castilla y León, La Rioja y Murcia.
“Dijimos que se podía y se ha podido”, aseguró Ada Colau delante de los cientos de personas que la esperaban en la antigua fábrica de Barcelona que su plataforma eligió como sede para seguir el escrutinio. Las lágrimas abundaban. En los ojos de la candidata, en los de sus compañeros y en los de la gente que se aglutinaba bajo el escenario había mucha emoción, después de una campaña marcada por continuas descalificaciones por parte del resto de los partidos. “No nos lo han puesto fácil, nos han difamado, pero hemos podido. Esta ha sido la victoria de David contra Goliat”, arrancó Colau, todavía con la voz quebrada tras saberse vencedora.
“Teníamos una oportunidad histórica y la hemos sabido aprovechar”, proclamó al salir al escenario montado afuera para toda la gente de Barcelona. “Es una victoria colectiva, hemos demostrado que es posible hacer política de otra manera”, remarcó y los “sí se puede” eufóricos del público –lema de la agrupación– irrumpieron en una verdadera fiesta. “Quiero ser alcaldesa para que nunca más haya ciudadanos de primera y de segunda”, remató la flamante gobernadora de Barcelona entre ovaciones.
En la capital de España, los movimientos sociales también festejaron a lo grande: “Algún día lo recordaremos”, dijo Manuela Carmena, la ex jueza que se encuentra a las puertas del gobierno de Madrid, tras sacar solo un concejal menos que Esperanza Aguirre, la candidata de Rajoy. “Ha ganado la mayoría por el cambio”, celebró la líder de Ahora Madrid, aludiendo a una victoria que se prevé inminente, en cuanto concrete los pactos con el resto de la izquierda. Las 20 actas de concejal obtenidas por Carmona son suficientes para que, sumando a los nueve ediles que sacó el PSOE, supere al otro grupo, el del Partido Popular y Ciudadanos. De esta forma, la mayoría absoluta que el PP ostenta desde hace 24 años en la comunidad madrileña pasaría a la historia.
“Ahora se nos enfrenta el reto de que Madrid sea una ciudad decente, justa, equilibrada, dinámica y acogedora”, declaraba Carmena desde el escenario al que salió en la capital a saludar a sus seguidores. “La decencia” fue una de las premisas que le sirvió a la ex magistrada para marcar distancias con su adversaria, Esperanza Aguirre, estrechamente vinculada a escándalos de corrupción durante sus años de gestión como presidenta de la Comunidad de Madrid. También dispararon su éxito –un ascenso vertiginoso a lo largo de las dos últimas semanas– los cara a cara que tuvo con la candidata del PP, en los cuales salió airosa ante las acusaciones de la conservadora de estar relacionada con la banda terrorista de ETA.
“Decían que era imposible derrotar a Aguirre y al gobierno de la corrupción”, inquirió Pablo Iglesias, triunfal, al salir como “telonero” de la comparecencia de Carmena. “Que siga esta primavera del cambio que nos va a llevar en volandas a ganar las generales de noviembre”, aclamó el líder de Podemos, cuya formación integra también la confluencia Ahora Madrid y la entrada en las principales ciudades españolas de las candidaturas de unidad popular anticipa un posible acercamiento de la nueva política al poder en las generales.
En la sede madrileña del PP, los resultados retumbaban por las paredes de las salas casi vacías. Tan solo unas decenas de personas se acercaron a la calle Génova para acompañar a los suyos en el seguimiento del escrutinio. A pesar del optimismo del director de campaña, Carlos Floriano, que cuando compareció ante los medios aseguró que el PP había “vuelto a ganar las elecciones”, las caras y el silencio posterior al conocimiento de los resultados –el presidente de gobierno se marchó de la sede sin hacer ninguna declaración pública– reflejaban la conciencia clara de una gran derrota. El partido de Rajoy perdió su más preciado tesoro: las mayorías absolutas que gozaba en diez de las trece comunidades en las que ayer se celebraron las elecciones. Ahora la Comunidad Valenciana, Castilla-La Mancha, Aragón, Extremadura, Cantabria y las Islas Baleares apuntan a gobiernos de coalición entre PSOE y Podemos.
Los conservadores volvieron a ser la fuerza más votada, sí, pero perdiendo cerca de tres millones de votos y con la presión de dos nuevos partidos que ya no lo van a dejar gobernar a sus anchas: Podemos, por un lado, que con su presencia en las confluencias de izquierdas de Barcelona y Madrid reforzó su amenaza ante las generales de noviembre, y Ciudadanos, por el otro, que le está arrebatando apoyos al PP. El papel del partido de Albert Rivera es determinante en cuatro de las diez comunidades que gobiernan los azules, pero aún así no está claro que se resuelvan a apoyarlos por temor a que una proximidad con el PP pudiera “quemarlos” de cara a las presidenciales.
Otra sorpresa de estos comicios municipales y regionales –que significan aún mucho más que unos comicios municipales y regionales– fue el digno resultado de los socialistas, a quienes todos los pronósticos auguraban una debacle. Pedro Sánchez no ganó las ciudades a nivel global, pero perdió por poco más de dos puntos frente a los diez de diferencia que tuvo con el PP en 2011. Además, ganó casi dos millones de votos frente a las elecciones europeas, y perdió algo más de medio millón con respecto a hace cuatro años, en un escenario político totalmente diferente. El PSOE también fue el partido más votado en Extremadura y en Asturias y, a mitad del recuento, en Canarias. Y tiene posibilidades de gobernar en hasta siete comunidades autónomas con pactos.
El secretario general socialista compareció satisfecho en la sede de Madrid, remarcando que habían alcanzado al PP y que siguen siendo “la primera fuerza de izquierda de este país”. Sánchez prometió que intentará conformar gobiernos de izquierdas, y que estas elecciones son el principio del fin de Rajoy. Por lo menos en eso, sí que coincide con las nuevas formaciones que dieron vuelta el tablero político español.
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