EL MUNDO

Arnie sin alfombra roja ni champán

El actor devenido en político Arnold Schwarzenegger asume hoy la gobernación del Estado Dorado, con un déficit record.

Por Andrew Gumbel *
Desde Los Angeles

Arnold Schwarzenegger sabe una o dos cositas sobre los estrenos a todo trapo y llenos de publicidad. Pero en la ceremonia de asunción a la gobernación de California que se hará hoy no habrá alfombra roja ni fiestas con champán. En cambio, el lema de este día será la frugalidad, reflejará los problemas presupuestarios a los que la estrella devenida en político tendrá que enfrentarse no bien termine la ceremonia en la capital del estado.
Schwarzenegger jurará como gobernador y dará un breve discurso. Eso será todo. Sólo los que tengan invitación podrán entrar a la ceremonia, en la que habrá 7500 amigos, correligionarios y políticos de confianza del actor, además de cientos de periodistas y camarógrafos. Los asesores del nuevo gobernador republicano han entendido claramente que su fama puede ser una desventaja. Y, al mismo tiempo, un tremendo capital, el mismo que lo catapultó al poder desde un principio. Por eso el énfasis en el trabajo que hubo en su entorno desde que ganó las elecciones el 7 de octubre. Trabajar para buscar la forma de sanear el multimillonario déficit del estado, reformar el sistema de indemnización para los trabajadores que constituye una pesada carga para el estado y revocar la ley que permite a los inmigrantes indocumentados tener un registro para conducir de California.
Sin embargo, está claro que la maquinaria de publicidad de la industria cinematográfica sigue siendo una gran influencia en este gobierno inexperto. Justamente, la semana pasada Schwarzenegger estuvo en el lanzamiento de dos DVD –Terminator 3 y el relanzamiento del viejo documental sobre fisicoculturismo, Pumping Iron (Haciendo fierros)–, que le están reportando ventas millonarias gracias al astuto timing que las hizo coincidir con su ascenso a la gobernación.
Tal como prometió, Schwarzenegger intentará gobernar como un conservador en temas fiscales y como un moderado en otras cuestiones. Su directora de presupuesto, Donna Arduin, es una vieja amiga de la familia Bush conocida por su preferencia por los recortes salvajes en el gasto público. Pero algunos miembros de su equipo, en el área de medio ambiente por ejemplo, son mucho más liberales. Nadie desestima la enorme tarea que el nuevo gobernador tiene por delante. Algunos piensan que él podría romper la polarizada legislatura de California y escapar de un estilo en política dictado por lobbistas que no buscan el interés público.
Pero la avalancha de críticas ya empezó. Un plan que intentará superar los problemas presupuestarios más inmediatos con una emisión de bonos por 20.000 millones de dólares y una fiesta que se hará en dos semanas para recaudar fondos y pagar las deudas de la campaña se convirtieron en el centro de las críticas. La emisión de bonos es controvertida porque representa el tipo de artimaña contable que los seguidores de Schwarzenegger denunciaron durante toda la campaña. Y la ostentosa fiesta con la que espera juntar siete millones de dólares llega casi al mismo tiempo que las cruciales negociaciones sobre el presupuesto, en las que muchas de las personas que contribuyeron en su campaña tendrán su tajada. La fiesta suena como una hipocresía grosera del candidato que no se cansó de decir que no iba a tener obligaciones financieras con nadie.

* De The Independent, de Gran Bretaña. Especial para Página/12.
Traducción: M. B.

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El electo gobernador de California, Schwarzenegger.
La maquinaria de Hollywood influye en el político inexperto.
 
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