Miércoles, 30 de septiembre de 2015 | Hoy
EL MUNDO › ANTE LAS TRABAS QUE PONE EL CONGRESO NORTEAMERICANO PARA LEVANTAR EL EMBARGO
En la reunión de casi una hora en Nueva York, el líder cubano dijo que el ritmo del proceso de normalización de la relación dependerá de que se modifique la realidad del bloqueo económico. Reclamó medidas ejecutivas.
Ante la negativa del Congreso estadounidense, con mayoría republicana, de levantar el bloqueo económico a Cuba, el presidente Raúl Castro le pidió a su homólogo Barack Obama que tome las medidas para suavizar su alcance. Ambos mandatarios se reunieron ayer en la Asamblea General de la ONU, el primer encuentro desde la reapertura de embajadas, en julio pasado, tras más de 50 años, y el segundo desde uno de abril, durante la Cumbre de las Américas en Panamá, que formalizó el acercamiento entre Washington y La Habana iniciado a fines de 2014.
En la sede del organismo multinacional, Obama concurrió junto al secretario de Estado estadounidense, John Kerry. Por su parte, Castro, presente por primera vez en la gran cita anual, asistió a la reunión escoltado por el canciller, Bruno Rodríguez. Antes del encuentro formal, ambos mandatarios se estrecharon la mano con una amplia sonrisa ante la humorada del presidente cubano, en la cual se refirió a la diferencia de altura con su par estadounidense. Tras el saludo, Castro y Obama se pusieron serios y volvieron a estrecharse la mano, esta vez para las cámaras. Evitaron responder a las preguntas de la prensa y rápidamente se dirigieron a la sala de reuniones designada para la conversación, ya que llevaban una leve demora.
Una vez finalizada la charla, que duró casi una hora, Rodríguez fue el encargado de conversar con los medios. “El presidente reiteró que para que haya relaciones normales entre Cuba y Estados Unidos debe ser levantado el bloqueo que causa daños y privaciones al pueblo cubano”, dijo el jefe de la diplomacia cubana. “El ritmo del proceso de normalización de las relaciones bilaterales dependerá del levantamiento del bloqueo, que la realidad del bloqueo sea modificada sustancialmente mediante las muy amplias facultades que tiene el presidente de Estados Unidos”, señaló. “Las decisiones ejecutivas tomadas hasta ahora son de valor muy limitado, de alcance y profundidad limitadísimos, y no tocan ningún hecho significativo de la aplicación del bloqueo”, precisó.
El Congreso es el único facultado para desmontar el embargo, un entramado legal vigente desde 1962 que está codificado en varias normativas, la más compleja de ellas la ley Helms-Burton de 1996. La misma prevé represalias legales a cualquier compañía no estadounidense que tiene tratos con Cuba. Esto significa que empresas internacionales debían elegir entre comerciar con La Habana o con Washington, que representa un mercado muchísimo más amplio. Mientras el gobierno cubano pretende un resarcimiento económico por las seis décadas de bloqueo, el gobierno estadounidense pretende otro tanto por el proceso de estatización de empresas que siguió a la declaración de la Revolución isleña.
Obama puede ordenar la modificación de aspectos del bloqueo, como ya lo ha hecho con el levantamiento de varias restricciones. Más recientemente, a mediados de mes, cuando eliminó el límite de 2000 dólares de remesas hacia la isla y autorizó a estadounidenses a tener empresas en Cuba. El portavoz de la Casa Blanca, John Earnest, señaló que el mandatario estadounidense puso de relieve los cambios regulatorios que permitirán hacer negocios a más ciudadanos de los Estados Unidos en la isla. “Obama destacó pasos que Estados Unidos pretende tomar para profundizar la cooperación entre los pueblos estadounidense y cubano”, dijo. A su vez, reiteró el la posición de Washington con la cuestión de los derechos humanos en la isla. “Como siempre lo hace, el presidente reafirmó nuestro compromiso con el gobierno cubano para hacer un mejor trabajo. No sólo para respetar, sino también para proteger activamente los derechos humanos del pueblo cubano.”
Por su parte, Rodríguez dijo esperar que entre las próximas medidas de Obama figure la de autorizar a todos los ciudadanos estadounidenses a viajar libremente a Cuba. “Los ciudadanos cubanos tienen absoluta libertad de viajar a este maravilloso país. Tengo la esperanza de que los ciudadanos norteamericanos puedan disfrutar de esa misma libertad en un plazo próximo”, señaló.
Sobre la cuestión de Guantánamo, el jefe de la diplomacia cubana dijo que su desmantelamiento es necesario par la recomposición de relaciones entre ambos países. “La devolución del territorio ilegalmente ocupado es un elemento de alta prioridad en el proceso de normalización”, dijo.
Rodríguez señaló que resolvieron continuar trabajando en la agenda de temas acordada. “Estamos dialogando en cuestiones como el medio ambiente, la lucha contra el narcotráfico, la búsqueda y salvamento de personas en el mar, el terrorismo, la salud y los servicios de correos”, enumeró.
Además, los dos presidentes intercambiaron puntos de vista sobre la reciente visita del papa Francisco a sendos países. El Vaticano, a través de Jorge Bergoglio, tuvo un papel fundamental en el acercamiento entre ambos países, y esa visita papal previa de diez días a Cuba y Estados Unidos allanó el camino al viaje de Castro a Nueva York.
Al finalizar la conferencia de prensa, Rodríguez se refirió al encuentro que mantuvo el sábado el jefe de Estado cubano con el gobernador de Nueva York, Andrew Cuomo, el alcalde Bill de Blasio y el ex presidente Bill Clinton, los tres demócratas. “El presidente se sintió realmente muy bienvenido y de forma muy cálida”. En aquella ocasión, de Blasio dijo que le parecía “una locura” el más de medio siglo de enemistad entre Cuba y los Estados Unidos. “Esta es la oportunidad de ver a las dos naciones resolver las diferencias de una manera pacífica y seguir adelante.”
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