Miércoles, 30 de septiembre de 2015 | Hoy
EL MUNDO › JUAN MANUEL SANTOS SE REFIERE AL AVANCE DEL PROCESO DE PAZ
El mandatario colombiano aseguró en la Asamblea de la ONU que el acuerdo sobre justicia alcanzado con las FARC la semana pasada sienta un precedente que puede servir de modelo a otros conflictos armados en el planeta.
El presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, aseguró en la Asamblea General de Naciones Unidas (ONU) que el acuerdo que su país alcanzó la semana pasada con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) en La Habana sienta un precedente que puede servir de modelo a otros conflictos armados en el planeta. En ese sentido, prometió que el próximo año regresará a la ONU como presidente de una Colombia en paz, de una Colombia reconciliada. “Hoy vengo a ratificar ante el mundo que, entre los más de 20 conflictos armados que subsisten en el planeta y que generan tanto dolor, pobreza y sufrimiento, hay uno, el de mi país, el de Colombia, que está en el camino final de una solución real”, exclamó con tono de esperanza el jefe de Estado colombiano, e hizo hincapié sobre la importancia que tienen el acuerdo y su dimensión internacional.
“Cuando países que han estado en conflicto armado retoman el camino del diálogo, se abren nuevos horizontes para todos. Esto ha requerido y requiere coraje y audacia, lo cual no significa falta de responsabilidad”, señaló. Asimismo, Santos recordó los detalles del acuerdo alcanzado con la principal guerrilla colombiana hace apenas unos días en Cuba. Entre esos puntos se refirió a la fecha que estima concluirá el conflicto. “Acordamos (con las FARC) una fecha límite para firmar el acuerdo final que terminará nuestro conflicto armado: será, como máximo, el 23 de marzo de 2016”, afirmó. Ese día, dijo el mandatario, se marcará el adiós definitivo a la última y más larga guerra de Colombia y de las Américas. “Vamos a terminar el más antiguo y el último conflicto armado del Hemisferio Occidental”, insistió Santos, que dijo arribar a la cita anual de la ONU más optimista que nunca sobre las perspectivas de alcanzar la paz.
Asimismo, Santos subrayó que el diálogo con la insurgencia representa una misión difícil pero no imposible, señaló que la paz comienza con un cambio espiritual individual que requiere de los colombianos que se abran a la reconciliación. Además, recordó que las FARC comenzarán a dejar las armas a más tardar 60 días después del acuerdo final. “Se logró (en La Habana) un compromiso sobre el que era, tal vez, el mayor obstáculo para firmar la paz: un sistema de justicia transicional que garantiza la no impunidad para los delitos mas graves cometidos”, anunció.
Bogotá y las FARC acordaron la creación de una Jurisdicción Especial de Paz para todos los actores de la conflagración interna en Colombia, tanto guerrilleros como agentes del Estado y particulares vinculados al conflicto. El gobierno de Colombia descartó que la aplicación del modelo de justicia pactado con la guerrilla para finalizar el conflicto suponga una cacería de brujas y negó una vez más que implique impunidad a violadores de derechos humanos.
“El sistema integral es para todos, todo el que tenga responsabilidad debe someterse”, dijo a comienzos de semana el jefe negociador de paz del gobierno, Humberto de la Calle, en rueda de prensa en la Casa de Nariño. Tanto De la Calle como el Alto Comisionado para la Paz Sergio Jaramillo, número dos de la delegación oficial que desde noviembre de 2012 sostiene conversaciones con las FARC en Cuba, subrayaron que en lo que respecta a los agentes del Estado las decisiones deben estar guiadas por criterios de equidad. “No vamos a aceptar un escenario donde despachamos rápidamente a las FARC y nos dedicamos a abrir investigaciones contra agentes del Estado y civiles. Ese no va a ser el escenario”, enfatizó Jaramillo.
Por su parte, Santos aclaró que el acuerdo respeta la normatividad y los principios del derecho internacional y de la Constitución de su país. Y señaló que los pactos colocan por primera vez el derecho de las víctimas a la justicia, a la verdad, a la reparación y a la no repetición en el centro de la solución del conflicto. “Han sido más de 50 años de guerra interna, en un país destinado al progreso y la felicidad, y estamos decididos a terminarla. Porque la paz es una misión difícil, pero no imposible. La paz es algo más que el fruto de un proceso político, social o económico.
El presidente participó en la segunda jornada del debate de la Asamblea General de la ONU, que celebra su 70 aniversario, y que hasta el sábado reunirá a 150 jefes de Estado y de gobierno, así como ministros y otros políticos que representan a los 193 estados integrantes de Naciones Unidas.
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