Para medir el humor del gobierno basta prestar atención al talante de los ministros en los actos oficiales. En estos 10 meses de crisis habitualmente dejaban el auditorio del Planalto evitando a la prensa, al contrario de lo que ocurrió ayer luego de la ceremonia en que Dilma presentó su gabinete.

Al asumir como ministro de Defensa Aldo Rebelo es uno de los pocos funcionarios que permanecen en el gabinete desde los tiempos de Lula. Luego de hablar extensamente con reporteros brasileños aceptó responder “una o dos preguntas” a Página/12, que le formuló tres.

–¿Permanece la amenaza de impeachment?

–Yo diría que esa agenda del impeachment hoy está muy debilitada. Creo que ese movimiento pro impeachment, si es que alguna vez existió, perdió fuerza. Sinceramente creo que la Cámara de Diputados no tiene a ese tema como el más importante. El Congreso tiene una agenda volcada hacia problemas serios, las cuestiones fundamentales de Brasil.

–¿El gobierno entró en funciones después de diez meses de parálisis?

–No creo que el gobierno haya estado paralizado, porque en estos meses se aprobaron medidas necesarias para la estabilidad económica, que hicieron posible reducir los riesgos que se enfrentaban. Se reforzó la confianza en el crecimiento por parte de los inversores extranjeros y nacionales. Brasil continúa siendo el tercer receptor de inversiones directas externas.

–¿Está garantizada la estabilidad en el mayor país de Latinoamérica?

–La estabilidad en nuestro país dio un paso importante con la reforma ministerial de hoy y habrá de continuar gracias a la combinación de estabilidad económica con estabilidad política.