Miércoles, 18 de mayo de 2016 | Hoy
EL MUNDO › RICCARDO PETRELLA, POLITóLOGO ITALIANO, INVESTIGADOR DE MIGRACIONES
El economista y politólogo italiano piensa que la crisis de los inmigrantes en Europa demuestra el fracaso de la integración europea y la imposibilidad del Viejo Mundo para mantener relaciones con otros continentes.
La situación migratoria en Europa ha alcanzado a casi 2 millones de personas y es considerada la peor crisis de desplazados desde la segunda guerra mundial. El presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker informó que desde el 2015 llegaron a Europa 500 mil personas en busca de protección internacional y estimó que se llegaría a 850 mil este año. De esa cifra, 366 mil accedieron a través del Mediterráneo según un informe de la Oficina para Refugiados de Naciones Unidas (Acnur). Los países que reciben la mayor cantidad de migrantes son Italia, Grecia y Hungría, por las rutas del Mediterráneo y la de los Balcanes, aunque Alemania fue el que más solicitudes de asilo tuvo el año pasado. Del otro lado, son los sirios (que están en guerra civil hace cinco años) los que más han tomado vías irregulares para migrar, alcanzando los 4 millones que han tenido que abandonar su país según Aministía Internacional. Pero también hay migrantes de Afganistán, Eritrea, Nigeria y Somalia. Si bien la Convención de Dublín de la Unión Europea (UE) establece que los migrantes deben pedir asilo en el lugar por el cual entran y son registrados, muchos países del bloque han decidido cerrar los ojos frente a los desplazamientos. “El mundo ha fracasado porque aceptamos que el hombre es un recurso que vale en términos de intercambio. Y si vale, hay que protegerlo, si no se puede abandonar en el mar”, dice Riccardo Petrella, economista y politólogo italiano, en una entrevista con Página/12, en el marco del Seminario Internacional sobre el impacto de las migraciones en Europa dictado por la Universidad Nacional de Tres de Febrero.
Como acto para frenar el flujo migratorio, la Comisión Europea firmó en marzo un acuerdo con Turquía para devolver a todo extranjero que llegue ilegalmente a las costas griegas. A cambio, la UE, que desembolsó 3000 millones de euros para atender a los refugiados, se compromete a traer desde Turquía a un número de refugiados equivalente al de expulsiones. Para Petrella, lo más importante del acuerdo además de la administración de los migrantes, es que aceptaron que navíos de la OTAN patrullen el mar Egeo, lo cual significa que una organización militar es la encargada de gestionar a los hombres. “¿Cómo respondemos que los europeos hayamos alcanzado un nivel tan bajo de conciencia humana, política y social?”.
Petrella es profesor emérito de la Universidad Católica de Lovaina, es reconocido internacionalmente por su lucha por el derecho universal al agua, por exigir la revolución en contra de la militarización mundial, la amplificación de las desigualdades sociales, la devastación del medio ambiente y la dominación de las finanzas. Es el fundador del Grupo de Lisboa y fue asesor del presidente de la Comisión Europea, Jaques Delors. El experto afirma que las migraciones de estos últimos años en Europa han mostrado el fracaso de tres procesos que dan una visión negativa de la realidad. “El primero es el fracaso de la integración europea, Europa no fue capaz de integrarse, solamente crearon un mercado y una moneda únicos. No tienen una política común sobre los migrantes, hay 28 políticas migratorias. Eso demuestra que los dirigentes tuvieron los ojos tapados y no fueron capaces de ir más allá de su visión local nacional. El segundo fracaso es que no hay una política en las sociedades del Mediterráneo, 40 mil personas murieron intentando atravesarlo porque pensaron que tendrían del otro lado las costas de la esperanza. Los europeos y los estados árabes del sur del Mediterráneo son responsables de eso. Fueron incapaces de ir más allá de sus narices. Por último, el tercer fenómeno mostrado por las migraciones es el fracaso de Europa en mantener relaciones con los otros continentes. Han demostrado una gran ceguera y se han encerrado en la crisis del mundo árabe, en la de Europa, y en la guerra entre las religiones”.
En esta misma línea, el experto en movimientos migratorios, politólogo y catedrático de la Universidad de París, Sami, considera que Europa ha fracasado porque el sistema migratorio, creado en los años 80 y modificado en varias ocasiones, es inadecuado porque no responde a la realidad demográfica, ni geopolítica actual. Naïr cuenta: “Desde 1991 se han gestionado los flujos migratorios mal o muy mal, sin una política abierta y solidaria en cuanto a la inmigración y ahora estamos pagándolo. Ante la tragedia humana de los refugiados, cada país reacciona en función de sus intereses particulares”.
Para Petrella existe una incapacidad del mundo rico desarrollado para contribuir a crear condiciones para que todo el mundo pueda trabajar y vivir en su país y que las migraciones sean procesos decididos libremente por voluntad propia y no procesos de desplazamiento de poblaciones obligadas. “Dicen que los europeos no podemos recibir a todo el planeta en nuestro territorio, que no se puede cargar sobre nuestra espalda todos los males y que primero tenemos que pensar en nuestra población. Esto es una coartada, la historia ha demostrado que sacan provecho de la pobreza. También dicen que los refugiados provienen de las zonas desde donde nos atacan, o sea que son terroristas y que estarían recibiendo a quienes no quieren a nuestra civilización. Pero olvidan contar que Irak no atacó a Gran Bretaña, sino al revés, que Francia bombardeó Libia y Estados Unidos a Irak. El terrorismo somos nosotros no ellos”.
Según el experto, en estas excusas no se encuentran las soluciones, porque Europa adoptó por ellas políticas de intolerancia. “Se ha cambiado la cultura de la coexistencia. En vez de vivir en una sociedad donde cada uno es igual en relación a los derechos, todos somos diferentes en relación a nuestro poder adquisitivo. En vez de vivir en una sociedad donde cada uno es igual en relación a los derechos, todos somos diferentes en relación a nuestro poder adquisitivo. Hay un sistema basado en la mercantilización de la vida, los seres humanos somos mercadería. La desigualdad se considera algo dado naturalmente”. Como conclusión, Petrella considera que hay que dar respuestas efectivas inmediatas y propone que los europeos luchen contra la política de la austeridad, como por ejemplo suprimiendo la autonomía del Banco Central Europeo y dándole independencia a Europa en materia monetaria y financiera. También afirma que hay que impedir la firma de la propuesta Área de Libre Comercio Trasatlántico (entre la UE y Estados Unidos), que regularía los problemas de relaciones entre inversores y estado, en detrimento de la capacidad de los gobiernos para legislar en beneficio de los ciudadanos. “Finalmente, a largo plazo se debe eliminar la comercialización de la semilla, el agua, la salud y la educación. Eso es la vida. Somos creadores de vida y no creo que sea malo pero si se lo confían a lógicas privadas va a serlo. Espero que Dios se ponga en huelga contra este capitalismo mundial globalizado que quiere ocupar su lugar. Yo organizaría el sindicato de Dios para combatir esta situación”.
Informe: Florencia Garibaldi.
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