EL MUNDO
El prisionero con guerra
Después de varias idas y vueltas, el Pentágono declaró formalmente ayer al ex dictador iraquí Saddam Hussein (foto, la primera que se le tomó tras ser capturado) como prisionero de guerra. Bajo la Convención de Ginebra, el estatuto de prisionero de guerra obliga a que los capturados sean tratados con humanidad, protegidos de la curiosidad y de los insultos públicos y –si bien pueden ser interrogados acerca de lo que sus captores quieran saber– tengan derecho a responder sólo su nombre, fecha de nacimiento, matrícula y unidad.