EL PAíS › VALOR PRESENTE Y NOMINAL, EJE DE LA POLEMICA
El dato técnico más explosivo
Por Raúl Dellatorre
La diferencia entre el valor presente y el valor nominal de un título de deuda puede llegar a tener un carácter mucho más político que técnico. Puede ser la distancia exacta entre el acuerdo con los acreedores y el desencuentro definitivo. O también entre la credibilidad de un gobierno que juró no ceder un centímetro de su propuesta inicial y la sensación de un nuevo engaño por parte de los que confiaron. Incluso, puede ser la distancia entre un presidente dispuesto a desafiar a su par más poderoso del mundo y un Ministro con buenas artes de negociador que pelea con un fin único: acordar con el contrincante.
Cuando el Gobierno formuló en Dubai (Emiratos Arabes) la propuesta de reprogramación de la deuda, propuso a los acreedores un canje de sus viejos bonos en default por nuevos títulos, con una quita del 75 por ciento sobre su valor nominal. Es decir, que por cada lámina de 100 dólares de los viejos bonos entregaría otra de 25 dólares de los nuevos. El plazo de repago y la tasa de interés que rendirían quedaron en una nebulosa, aunque con límites: no más de 40 años, no más del cinco por ciento.
¿Cuánto vale hoy para el mercado un título cuyo valor nominal es de 25? Es decir, ¿cuál es su valor presente neto? Los expertos responden: al valor que el tenedor del bono cobrará al vencimiento, habrá que descontarle una proporción que depende de la tasa de riesgo (país, en el caso de títulos públicos) y del tiempo que demorará su cobro (más descuento cuanto más prolongado es), por un lado, y sumarle el rendimiento (interés) que paga el título. Si el riesgo país es alto y supera la sobretasa que el país ofrece sobre bonos seguros (del Tesoro de Estados Unidos, por ejemplo), el valor presente es muy inferior al valor nominal. Sólo si el riesgo país es cero, ambos valores se igualarían. No es el caso argentino.
¿Cómo se traduce esto en números? Un título de valor nominal 25 tiene, en las condiciones argentinas actuales, un valor presente neto que oscila entre 12 y 15 para el mercado, dependiendo de diversas variables (plazos y tasas del bono, entre otras). Es decir, que una quita sobre el valor presente neto es un descuento muy inferior a aplicar la misma quita sobre el valor nominal. De eso se trata la actual controversia entre distintos sectores del gobierno.
¿Qué podría lograr el Gobierno, o al menos Economía, planteando ahora que la quita del 75 por ciento es sobre el valor presente y no sobre el valor nominal? Responden los expertos: “Mejoraría la propuesta para los acreedores tratando de disimularla políticamente; pero en la práctica significa que la quita va a ser de menos de 75. El Gobierno define la quita nominal, el valor presente no lo maneja porque lo determina el mercado; en este caso, debería reducir la quita al 55 o 60 por ciento”, opinó uno. “Sería una salida elegante para una negociación trabada. Se empezaría a hablar del valor efectivo a recibir por los acreedores, de manera de poder seguir haciendo referencia al 75 por ciento de quita. Alguna ficha van a tener que mover y es una forma política de ir instalando el tema”, señaló un segundo.
Antes de llevar la propuesta de reprogramación a Dubai, los bonos en default cotizaban al 33 por ciento de su valor nominal. Después de conocida, “con toda la pirotecnia verbal que se armó, los bonos nunca cayeron por debajo del 27 por ciento”, recordó ayer un analista. Hoy oscilan alrededor del 30. “El mercado nunca creyó en la quita nominal del 75 por ciento”, interpretan, porque en ese caso el valor presente (de mercado) debería estar debajo de 15. En la subsecretaría de Financiamiento ya realizan simulaciones (ejercicios para deducir cronogramas de pago) con quitas inferiores al 70 por ciento nominal. Desde la Presidencia de la Nación, todavía dan pelea con la propuesta más dura: aún es allí donde se decide la estrategia.