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Los talibanes lanzaron este lunes de madrugada (domingo a la noche de la Argentina) un ataque suicida contra un hotel en una zona del este de Kabul, donde se oyó una fuerte explosión que sacudió un área de varios kilómetros cuadrados. Al cierre de esta edición, el ataque aún continuaba en la zona, que permanecía acordonada por las autoridades.

Los taliban indicaron en un correo difundido en Kabul que como parte de la Ofensiva de Primavera lanzaron un ataque suicida con una camioneta llena de explosivos contra el Hotel North Gate, al que definieron como “una casa de huéspedes de los invasores americanos”, dijeron. North Gate está ubicado cerca de la base aérea estadounidense de Bagram, y es un hotel con mucha protección, rodeado de muros y torres de vigilancia. En su sitio de Internet, el establecimiento asegura aplicar estrictas medidas de seguridad y destaca que su personal de custodia ha seguido entrenamiento militar.

El grupo reivindicó el ataque contra el hotel, y dijo haber matado un centenar de “invasores” estadounidense, pero las autoridades policiales se negaron a confirmarlo.

“Después de que las vallas de seguridad fueran destruidas por la explosión, varios muyaidines armados con armas ligeras y lanzacohetes entraron en la casa de huéspedes y realizaron un ataque contra los enemigos”, señalaron. El subdirector de la Policía de Kabul, Gul Agha Rohani, explicó que habían “acordonado completamente el área y no hay combates en este momento”. “No hemos iniciado aún nuestra operación, estamos evaluando la situación, todavía no tenemos ningún informe de víctimas de la explosión”, dijo. La detonación se escuchó hasta unos 20 kilómetros de distancia, tuvo lugar sobre la 01.25, hora local (20.55 GMT) y coincidió con un corte de electricidad generalizado. “La gran explosión tuvo lugar en el área de Serahi Alokozai, en la carretera de Jalalabad, en Kabul, dentro del recinto de una compañía privada”, dijo una fuente del Departamento de Emergencias del Ministerio de Interior afgano. Kabul ha sido escenario de reiterados ataques mortales en los últimos meses. Hace diez días se produjo un mortífero ataque del Estado Islámico contra una manifestación de la minoría de la etnia hazara, musulmana chiíta, que dejó 80 muertos y más de 300 heridos. En abril, los talibanes lanzaron otro ataque contra los órganos de inteligencia en la capital que provocó 64 muertos y más de 300 heridos.